Demoledor. Así ha sido el arranque del OAR Coruña. Siempre que está a punto de empezar una temporada, su técnico Pablo Aguirregabiria asegura que el objetivo es el ascenso o, por lo menos, ocupar los primeros puestos de la clasificación. Con las cuatro victorias y dos empates que acumula el conjunto coruñés, el reto se ha reforzado. "Es pronto todavía pero me gustaría ver que el OAR puede meterse arriba", dice el entrenador.

Junto al Calvo Xiria, son los únicos invictos de la categoría. Una etiqueta que no quieren quitarse este fin de semana contra un potente Seis do Nadal (domingo, 12.30 horas). "No creo que muchos apuesten por nosotros porque lo lógico sería que ganasen ellos, pero vamos a intentar romper todos los pronósticos", confirma.

No será fácil pero peores cosas han hecho ya. Ganaron a Pontevedra, S.A.R., Porriño y Cañiza, y empataron con Bueu y Lavadores. "Yo creo que podíamos haber ganado todos los partidos, aunque fuera de casa no se rinde tanto", confiesa Aguirregabiria.

Está contento por el "ambiente" que se ha creado y satisfecho por el gran nivel que están demostrando los más jóvenes. Sergio Sarasola, Nacho Suárez, Aresio Rosende y Diego Martínez han cogido las riendas y no piensan soltarlas. "Entre los cuatro llevan el peso de la primera línea, que es desde donde construimos nuestro juego", analiza. Esos chicos vieron de pequeños al OAR Coruña en lo más alto, por eso esta evolución es tan especial. "Ellos me dicen que quieren ascender. Algunos fueron mopa, otros se sentaban en la grada con sus padres... Siempre estuvieron ahí, los hemos visto crecer", recuerda.

El clan, como decía la campaña de abonados, está creciendo a pasos agigantados. Por ello, Pablo Aguirregabiria cree que sus pupilos "se merecen mantener la llama encendida hasta el segundo final". "Ojalá nos lo juguemos al último partido y que gane el mejor", desea.

Mientras tanto, espera que el OAR sea capaz de "sacar adelante partidos contra rivales más experimentados". Por ejemplo, este domingo. Visitará la cancha de un Seis do Nadal que "el año pasado estuvo casi toda la liga en fase de ascenso". "Es un bloque consagrado, con gente que lanza y defiende muy duro", examina el técnico oarista.

Competición aparte, Aguirregabiria quiere que sus jugadores disfruten fuera y dentro de la pista. "Hay un objetivo común, sin egos. Quiero que se lo pasen bien en los partidos y en los entrenamientos, como hasta ahora", anuncia. Lo tiene claro, el OAR es indestructible porque "tiene magia".