El británico Danny Kent (Honda) consiguió su primer título mundial y lo hizo de una manera agónica, puesto que desde el Gran Premio de Japón dispuso de la posibilidad de proclamarse matemáticamente campeón del mundo de Moto3 y no pudo conseguirlo hasta ayer, en la última carrera de la temporada.

Una tras otra Danny Kent falló en todas las oportunidades que tuvo de ser campeón anticipadamente, algo inusual en un piloto que hasta Alemania había encadenado una trayectoria intachable, con cinco victorias y ocho podios de nueve posibles. Los nervios debieron de traicionar en ese momento a Danny Kent, quien se tornó excesivamente conservador y un gran premio tras otro fue perdiendo toda la ventaja que llegó a acumular y que en algunos momentos, en el Gran Premio de Inglaterra en Silverstone, llegó a ser de 70 puntos.

Y llegó la Comunidad Valenciana, en donde desde el primer entrenamiento se percibió que el británico no iba a asumir ni el más mínimo riesgo, sabedor de que le bastaba con ser decimocuarto y fue a por ese resultado, aunque al final los factores se aliaron con el inglés, que pudo conseguir su anhelado título mundial, aunque fuera de manera agónica.