Rafael Louzán, presidente de la Federación Gallega de Fútbol, aceptó la dimisión de Fernando Iglesias Figueroa como presidente del Comité Técnico Gallego de Árbitros, que el dirigente vigués presentó durante la reunión que la junta directiva de la FGF acaba de celebrar en Santiago. Con esta medida, Louzán espera evitar la huelga convocada por los árbitros de las delegaciones del norte de Galicia, como medida de fuerza para provocar la salida de Iglesias Figueroa.

La dimisión de Fernando Iglesias debería desbloquear el conflicto, aunque dejará seguramente cicatrices. Las cuatro delegaciones norteñas (Santiago, Lugo, Ferrol y A Coruña) se habían declarado en huelga si Iglesias no dimitía. Las tres sureñas (Vigo, Pontevedra y Ourense) habían proclamado su firme apoyo a Iglesias y, de hecho, advertían que también ellas podrían tomar medidas drásticas si Rafael Louzán, presidente de la Federación Gallega de Fútbol, destituía a Iglesias.

La decisión de Iglesias de crear su propio grupo de trabajo, nombrando a delegados territoriales de su confianza, ha desencadenado este "conflicto civil" entre los árbitros. Fue en Santiago donde prendió el incendio. Iglesias y su junta directiva siempre ha defendido su potestad para llevar a cabo esos cambios. La Federación Gallega deberá decidir ahora quién y cómo gestiona el Comité Técnico Gallego de Árbitros, aunque no se descarta que Rafael Louzán dé vía libre a los áarbitros para sean ellos los que elijan a su nuevo presidente.