Desde una tabla de tocino, pasando por un hacha, una sartén, un botijo y ahora, el vuelcatortillas gallego. El fútbol americano es un deporte de leyendas y en Estados Unidos, casi un religión con sus objetos sagrados. La mezcla de estos dos elementos, unida a la rivalidad entre universidades, dio como resultado una curiosa tradición. Cuando se enfrentan los dos equipos de máxima rivalidad no solo se lucha por la victoria, sino por un trofeo, a cada cual más curioso, que el conjunto ganador custodia hasta el próximo partido. En Galicia, esta disciplina está empezando, pero también quiere labrar su propia leyenda. El Santiago Black Ravens y el Coruña Towers, los dos clubs que abrieron el camino, pusieron en marcha su particular versión de la NCAA. Cuando se encuentran sobre el campo, el honor está en juego en forma de una tabla de madera mitad violeta y mitad azul marino, los colores de las dos formaciones. El domingo en el campo Dani Mallo de Cambre, en la apertura de la Liga Gallega, el trofeo viajó como siempre a Santiago. En el próximo partido, el Towers querrá darle la vuelta a la tortilla.

"Es un homenaje a los trofeos que se dan a la NCAA", explica Carlos Pastoriza, presidente de los Coruña Towers. "Queríamos algo que fuera de aquí, como la tortilla, y además es de madera, como las tablas de pulpo. Y que fuera barato porque realmente lo que te juegas es el orgullo", continúa. Además, simboliza las vueltas que ha dado el fútbol americano en Galicia: "Primero Santiago y nosotros fuimos dos clubs, pero nos juntamos en el Galicia Black Towers para jugar la liga portuguesa. Después nos volvimos a separar y fue cuando decidimos jugarnos el trofeo". Y, por último, hace alusión a lo que "hace falta echarle" para atreverse a montar un equipo de esta disciplina: "Es un deporte muy duro. Los seguros y el material son caros. En España, a donde las cosas llegan muy tarde, no es nada habitual... Son todo factores que indican que hay que estar muy mal de la cabeza para formar un club y en Galicia ya hay seis".

De momento, el vuelcatortillas solo ha tenido un dueño, el Santiago Black Ravens. "Están invictos, no han perdido ningún partido", comenta Pastoriza. Pero el margen se estrecha. En el último partido de la temporada pasada, el Towers le achuchó hasta el 25-22 y el pasado domingo el marcador reflejó otro ajustado 14-21. "Es como un 2-3 en fútbol", explica el entrenador y presidente. "La veteranía de ellos fue lo que hizo que una anotación de diferencia cayera de su lado. A nosotros también se nos anuló un touchdown en el último minuto por una falta absurda. Fue un partido típico de comienzo de temporada con muchos errores y desajustes porque cada año perdemos gente, vienen nuevos y tenemos que enseñarles desde cero un juego que es como una partida de ajedrez", analiza. Pero hay opciones de ganar la liga: "Estamos ahí. La liga estará entre Santiago y nosotros porque ambos estamos un escalón por encima. Hay que ganarlo todo y cuando nos volvamos a enfrentar, en vez de siete, ganar de ocho".

La mejoría del equipo coruñés es notable. "En dos años hemos pasado de perder por más de 90 puntos a solo por tres. Y de 20 jugadores con los que empecé, ya tengo 35". Eso es porque Pastoriza se lo toma muy en serio: cinco días de entrenamiento a la semana en Iñás (Oleiros), dos de ellos sesión con una fisioterapeuta, muchas horas de estudio de las más de sesenta páginas del libro de jugadas e incluso clases de psicología deportiva. "En este deporte no se puede ir de risas. No existen amistosos". Un trabajo que también tuvo su recompensa fuera del campo. "El domingo por primera vez sentimos lo que es jugar con gente que nos animaba. Se juntaron más de 150 personas en la grada y hubo un ambiente increíble". Un espectáculo, con cheerleaders, speaker que explicaba el juego, música de animación y pinchos. Una Superbowl en pequeñito.

Coruña Atlantics

El fútbol americano está en crecimiento y prueba de ello es que en la ciudad herculina ya hay un segundo equipo, el Coruña Atlantics. De momento, está solo iniciándose, con el único objetivo "de la diversión y el aprendizaje pero sin dejar de lado pilares como el esfuerzo y el sacrificio". El club entrena todos los jueves de 20.00 a 22.00 horas en el campo de césped artificial de la Ciudad Deportiva de La Torre e invita a todos los que quieran probar a pasarse por allí sin ningún tipo de compromiso.