El tesón y la fe que mostró el Valencia le dio un punto ante un Barcelona que demostró su calidad y su superioridad en casi todas las fases del encuentro, pero que no supo sentenciarlo.

Parecía que el Valencia no iba a tener opciones de nivelar el marcador, pero a cuatro minutos del final, en uno de los contados contragolpes de que dispuso, una buena acción de Alcácer permitió que Santi Mina diera réplica al tanto anterior de Luis Suárez.

Al Barcelona le costó casi una hora abrir el marcador y cuando lo hizo, no varió su forma de jugar y aunque el Valencia trató de adelantar líneas, encontró muchas dificultades para crear peligro.

Desde el principio, el partido se ajustó al guión previsto con un control total de la situación por parte de Barcelona que, fiel a su estilo, se adueñó del partido desde el saque inicial a la espera de encontrar el momento adecuado para hacer daño al rival.

La incógnita estaba en el Valencia. No se sabía que podía dar de sí un equipo plagado de bajas en su primer partido de Liga tras la etapa del destituido Nuno.

En cualquier caso, su planteamiento fue conservador, con el objetivo de no ofrecer espacios al rival y de tratar de salir a la contra.

Pese a la superioridad del Barcelona, dio muestras el Valencia en los minutos finales de querer empatar y lo consiguió gracias a no haberle perdido la cara al encuentro ante un Barça al que le faltó apuntillar el partido.