La tradición dice que la Nochebuena la pasa uno en su casa y con la familia. Y no hay duda que eso hizo al menos en la matinal del día 24 Fernando Alonso, el bicampeón asturiano de Fórmula 1. El ovetense estuvo presente en la que es su casa: el circuito de automovilismo y el museo que llevan su nombre enclavados en La Morgal. "Hoy ejerzo de anfitrión", dijo Alonso momentos antes de que se diera la salida a una carrera popular con fines solidarios sobre aproximadamente 5 kilómetros (4.700 metros) que lleva ya cuatro ediciones y que era la primera en la que se celebraba en la "casa" de Alonso. Un Alonso que estaba acompañado en la línea de salida por el presidente de Liberbank, Manuel Menéndez, patrono la Fundación que lleva el nombre del piloto, quien en su discurso previo a la carrera resaltó valores como la seguridad vial y comunicó que gracias al patrocinio de la entidad bancaria su Fundación concederá becas a deportistas y promocionará el deporte.

Respecto a la prueba, Alonso subrayó que era una carrera no competitiva y, por tanto, sin clasificaciones ni tiempos, y así se la tomaron buena parte de los más de 500 participantes que portaban la correspondiente camiseta oficial. No hubo vencedores ni vencidos, pues, en una carrera que llevaba la etiqueta de "familiar" y en la que los fondos recaudados (siete euros por inscripción) serán destinados a la instalación de pasos de cebra en aquellos lugares donde los peatones supusieran que eran necesarios. Con dicho fin se podía utilizar vía redes sociales un hashtag con el lema: "quiero un paso de cebra".

No se sabe si lo del paso de peatones nació en el propio subconsciente del piloto de MacLaren, quizá "honda... mente" preocupado en la última temporada por la capacidad de su monoplaza y de este modo igualar la mecánica en los grandes premios de Fórmula 1 vividos en 2015 . Sea como fuere, el hecho de participar daba la posibilidad de visitar a precio reducido el magnífico museo del piloto, en el que está recogido buena parte de objetos vinculados al palmarés del corredor.

La carrera tuvo, como no podía ser de otra forma, una serie de guiños al "Gran Circo" de la F1 como la salida con semáforo y la sempiterna bandera a cuadros que saludó a todo el que cruzaba la línea de meta.

Terminada la prueba, algunos de los participantes aprovecharon para hacerse la foto de rigor con un Alonso relajado y sonriente. El buen humor era patente y se podían oír comentarios como "yo adelanté a Alonso", aunque otro participante corregía a éste con la ironía asturiana de que no tenía mucho mérito porque este año estaba acostumbrado a que lo pasaran. Y un tercero añadía que puestos a ser optimistas, Alonso no había abandonado la carrera por problemas mecánicos. Eso sí todos y cada uno de los presentes brindaron con el deseo propio de las fechas porque Alonso vuelva a hacer vibrar a su fiel afición.