El Barcelona firmó una nueva goleada, esta vez contra el Betis, para cerrar un 2015 de ensueño en el que ha ganado cinco títulos y que en Liga, a falta de un partido pendiente en el campo del Sporting, se mantiene en el liderato.

A pesar de la amplitud del marcador, al Barça solo se le puso de cara el partido a partir del primer tanto, de una acción nada clara que acabó en un penalti que Neymar falló, y ya en la segunda parte, cuando tras el tercero de Suárez el Betis se desfondó y perdió la tensión y la contundencia.

La dinámica de la primera parte, en la que la agresividad del Betis había atenazado al Barcelona, se rompió poco antes de la media hora en una acción que fue un punto de inflexión, cuando Busquets envió en profundidad a Messi, y el Adán salió con fuerza con los puños, desvió el balón y arrolló al argentino, una acción que acabó en penalti ante la sorpresa de todos.

El Barcelona, que poco había hecho hasta la media hora, con constantes imprecisiones, se encontró con la jugada del penalti en el 25, en la que Messi debió ser atendido fuera del campo mientras su equipo marcaba el primer gol, y el consiguiente abatimiento del rival, que poco después del tanto en propia puerta encajó el segundo, en un pase preciso de Neymar al argentino, quien en su 500 encuentro con la camiseta azulgrana marcaba el 2-0.

La sentencia había caído sobre un Betis que bajó la intensidad y ante ello el Barcelona se sintió muy cómodo y empezó a mover el balón con la libertad que gusta a sus jugadores.

La negación del Betis quedó manifiesta en el 80, cuando en un córner que peinó un bético acabó con el balón franco a Pezzella, quien envió a las nubes cuando el gol parecía lo más fácil.

El Barcelona redondeó la noche con un gran gol (4-0) iniciado con un contragolpe de Neymar, que acabó con una asistencia del brasileño y finalizado por Suárez, en su segundo tanto. Con este marcador, el Barça alcabnzó los 180 goles y superó los178, el récord de goles en un año del Madrid.