Para no cambiar el guión, Abdelaziz Fatihi ganó la última prueba del año. Fue el primero en cruzar la meta de la San Silvestre que reunió a 3.000 corredores. Paró el cronómetro en 24 minutos y 19 segundos, justo cuando la plaza de María Pita estalló en un sonoro aplauso.

El marroquí cierra de la mejor manera un 2015 espectacular. Ganó en Os Rosales, Novo Mesoiro y la Malawi, pero no quería entrar en 2016 sin triunfar en la San Silvestre, divertida y emocionante a partes iguales. El corredor del Club Marineda Atlético llegó con una sonrisa y una vez pasado el arco se detuvo para recuperar el aliento y esperar al resto de participantes. Con este gesto compartió su victoria y también felicitó a aquellos que completaban los 7,6 kilómetros de recorrido. Es la segunda vez que conquista esta prueba, por lo que se convierte en el primer corredor que repite triunfo en las seis ediciones.

Por detrás de Fatihi llegaron Diego Crespo (24:36) y Alberto Castiñeira (24:45). Ellos completaron el podio masculino. La primera mujer entró por Puerta Real casi cinco minutos después, cuando el crono marcaba 29:27, y fue Raquel Vázquez. La atleta del Club Sada superó a Noemí Moral, segunda con un tiempo de 30:06, y Noelia Papín, tercera tras acabar en 30:51.

No fueron los únicos protagonistas de la tarde de fin de año. Los hubo que destacaron por sus creativos disfraces -el mejor, el de un hombre que cabalgaba sobre una avestruz- y otros, por su compañerismo. A lo largo de los casi ocho kilómetros, los corredores se animaban unos a otros. Más que una competición, fue una fiesta. LA OPINIÓN, como patrocinador de la carrera, regaló cinco tablets: dos a los corredores más jóvenes y dos a los mayores, tanto en categoría masculina como femenina, y una para el participante que consiga más votos en la galería de imágenes en la web.

El arranque fue de película. La lluvia del día anterior desapareció, lució el sol y el confeti avisó de que había llegado el momento de empezar a correr. Fatihi se colocó líder antes de llegar al paseo marítimo, y no permitió ningún adelantamiento. Fue el primero en pasar por la Torre de Hércules y superar Adormideras. La Ciudad Vieja era la antesala de la meta. Todos y cada uno de los participantes se metieron por las estrechas calles escuchando ya el ambiente que esperaba en María Pita. Un final de lujo. "La mejor forma de despedir el año", decía una corredora mientras se hidrataba con agua. Nueva cuenta atrás, queda un día menos para la próxima edición.