Veinticuatro horas ininterrumpidas de natación. Desde las ocho de la mañana de hoy hasta la misma hora de mañana. Es el reto que se han propuesto en el Club del Mar y para el que han organizado, junto a los otros tres equipos coruñeses (CN Coruña, Liceo y CN Arteixo) una serie de relevos para garantizar que siempre haya un nadador en el agua. Incluso por la noche, turno del que se encargarán los integrantes del club anfitrión. Se pretende cubrir todo el día en la piscina y alcanzar los 80 kilómetros de brazadas. Y todo con un fin solidario, ya que cada participante aporta un kilo de alimentos no perecederos y un juguete y además la institución de San Amaro se compromete a donar un extra de 250 euros si se consigue el objetivo final.

"Es una idea que surgió de un grupo de nadadores del equipo y que nos rondaba la cabeza desde hace un tiempo y ya se lo propuse al club cuando terminó en verano la Travesía de San Amaro, pero el tema quedó aparcado hasta ahora. En Navidad era un buen momento para ponerlo en marcha y hacer un reto solidario. Hemos tenido poco tiempo para prepararlo, pero con la ayuda de todos los equipos de la zona podremos conseguirlo", asegura Pablo Barrós, entrenador del Club del Mar. "Queremos llegar a los 80 kilómetros. Es un reto humilde, pero con la idea de superarnos el próximo año".

Álex Botana, que fue reconocido en 2015 como el mejor deportista de la sección de natación del Club del Mar, será el primer relevista. Pero colaborarán todos los equipos coruñeses. A las once de la mañana será el turno del CN Arteixo. Al mediodía se hará cargo de coger el relevo el Liceo y el CN Coruña mantendrá vivo el reto hasta las seis de la tarde. También vendrán nadadores desde Pontevedra y para próximos años el club se plantea invitar a caras conocidas que den todavía más lustre al acto.

Los del Club del Mar harán acto de presencia por la noche, cuando las 24 horas solidarias se convertirán en una fiesta. Los más pequeños del club, de hecho, están ilusionados con la idea de pasar la noche en la piscina con los amigos. Aunque tengan que entrenar. Por eso los entrenadores y padres están preparándolo todo para que pasen las horas de la forma más confortable. Habrá música, tortilla y empanadas. Nadie se lo quiere perder. Algunos vendrán directos desde el aeropuerto o desde la estación de tren después de pasar las fiestas con la familia. Un éxito seguro.