Mientras en el exterior arreciaba la lluvia y el temporal, en el interior de la piscina del Club del Mar los nadadores coruñeses se empapaban de solidaridad. El reto era mayúsculo. Veinticuatro horas ininterrumpidas en la piscina para recorrer 80 kilómetros. Y la respuesta no fue menos grande. De ocho de la mañana del lunes hasta la misma hora de ayer no solo alcanzaron la cifra fijada, sino que la superaron con creces hasta dejarla en 108.900 metros. Con especial mención a los representantes del equipo de San Amaro, que se hicieron cargo del turno de la noche para mantener vivo el desafío. En la víspera de la llegada de los Reyes Magos de Oriente, el esfuerzo de un grupo de deportistas repartirá cien juguetes y 160 kilos de alimentos entre los hogares de las familias más necesitadas de la ciudad.

El reto comenzó a las ocho de la mañana del lunes. Álex Botana, nombrado en 2015 mejor deportista de la sección de natación del Club del Mar, fue el primero en tirarse a la piscina y cubrir los metros iniciales. Le siguió Pedro Chans y un grupo de compañeros del equipo anfitrión que en las primeras horas ya alcanzaron los 4.500 metros. Después llegaron formaciones de otros clubes de la zona como el Club Natación Arteixo, el Liceo y el Club Natación Coruña. Pero muchos más pusieron su grano de arena. Más de cien nadadores de todas las categorías -promesas, benjamines, alevines, infantiles, júniors, absolutos y másters- así como triatletas, padres, directores, monitores, delegados, entrenadores y exnadadores participaron e hicieron posible que se cumpliesen los dos objetivos del desafío.

A mitad de tarde, de hecho, ya se veía más que factible cumplir con los 80 kilómetros. A las seis se llegó a los 40.000 metros y todavía quedaban 14 horas por delante para lograr la otra mitad. Pero también quedaba la parte más dura: la noche. A partir de las doce entraron en la piscina cerca de 20 nadadores del Club del Mar dispuestos a mantener vivo el reto. Y lo hicieron a lo grande. A las dos y media de la madrugada sobrepasaron la línea de los 80 kilómetros y no se relajaron. Siguieron nadando, incluso a ritmo de récord con un relevo de 21 series de 100 metros en 21 minutos (cuatro largos en solo sesenta segundos). Unos en el agua y otros fuera, descansando. Aunque al final no hubo mucho tiempo de relax porque a los que no les tocaba nadar se dejaron la garganta y las palmas para animar a sus compañeros. Toda una fiesta animada con música, tortillas y empanadas que llevó en volandas a los deportistas, que finalmente dejaron el récord en 108.900 metros. En las ocho horas nocturnas los anfitriones cubrieron 40 kilómetros, pues habían cogido el relevo cuando el contador de la distancia marcaba 67.400 metros.

La parte solidaria también fue todo un éxito. La institución de San Amaro reunió con este desafío en la piscina cerca de 100 juguetes y 160 kilos de alimentos no perecederos. Lo recaudado en todas las actividades benéficas durante la Navidad prácticamente triplicó esta suma. Se consiguieron unos 300 juguetes que fueron entregados a Cruz Roja y 380 kilos de alimentos donados al Banco de Alimentos Rías Altas. Esto fue posible gracias al proyecto de colaboración entre el Club del Mar y la Fundación Emalcsa por el que se intenta dar un componente solidario a todas las actividades organizadas por el club. Especialmente en las fechas navideñas. Desde el pasado 22 de diciembre se llevó a cabo un ciclo indoor de bici estática (objetivo 1.000 kilómetros pedaleados); el circuito corre, nada y dispara láser; dos máster class de zumba, una para adultos y otra para niños y el Trofeo de Reyes de fútbol sala infantil.