El nuevo Madrid de Zinedine Zidane aprovechó las penurias de un adversario en estado de depresión y la motivación extra que impulsó el cambio en su banquillo para prolongar su idilio, dar un paso más al frente y alimentar las cifras y el rendimiento de su terna atacante: Cristiano Ronaldo, Karim Benzema y Gareth Bale, la conocida BBC. En plena euforia, el Madrid atravesó la primera jornada de la segunda vuelta con una nueva goleada. Otra tarde plácida para afianzar el trayecto por recorrer del técnico galo.

Las sensaciones que genera el cuadro blanco invitan al optimismo. El compromiso de los jugadores, el trabajo, e incluso el acierto. Advierte hambre el Madrid. No obstante, no fue el Sporting un equipo para calibrar el estado y la evolución del cuadro blanco. Primero, por su situación. En pleno declive, desalentado, víctima de sus últimos resultados y angustiado por su ubicación en los sótanos de la tabla. En segundo lugar, porque apenas le dio tiempo de asimilar su presencia en el recinto blanco. A los diez minutos ya tenía tres goles en contra. Una misión imposible y toda una eternidad por jugar.

Bale abandonó el césped lesionado en el sóleo después de haber engrosado sus números. Contemplará el período de baja con trece goles en su mochila. Tres menos que Cristiano y Benzema. El francés también abandonó el campo de forma prematura. Fue en la segunda parte, dañado en el tobillo derecho por un golpe recibido de forma fortuita por su compañero James.

El choque se ventiló en los primeros minutos. A los ocho, Bale marcó tras un córner. Dos después, un centro de Benzema fue aprovechado por Cristiano. Y en el 12, fue el atacante francés el que, de tijera, llevó a la red un pase de Cristiano. Lo demás, hasta el 5-1 final, sobró.