David Ferrer, octavo favorito, puso fin a la dilatada carrera Lleyton Hewitt y se clasificó para la tercera ronda del Abierto de Australia, a la que llegó con autoridad Garbiñe Muguruza y con sufrimiento Feliciano López, y de la que se quedó fuera Fernando Verdasco, que tras ser el verdugo de Rafa Nadal no pudo con el israelí Dudi Sela.

En un Rod Laver Arena abarrotado para estar junto al principal ídolo del tenis australiano moderno, Hewitt batalló como es habitual en él, pero no pudo salir airoso de la batalla con Ferrer que había anunciado. El español, semifinalista en Australia en 2011, fue demasiado para el actual 308 de la clasificación mundial (6-2, 6-4, 6-4).