La rueda no deja de girar. La actividad en el Liceo es frenética. Premios, rumores, sorteos y, sobre todo, muchos partidos. El de hoy que le enfrenta en casa al Shum (Palacio de los Deportes de Riazor, 19.00 horas) abre la segunda vuelta de la OK Liga. Vuelta a empezar 15 jornadas después, pero ya con unas posiciones de partida definidas. El conjunto verdiblanco lo hace desde la segunda plaza de la parrilla, a tres puntos de una pole que corresponde al Barcelona y dos por delante del Vic, que cierra el podio. Uno de los tres parece destinado a ser el campeón. Por juego y por cómo ha evolucionado a lo largo del campeonato, sobre todo tras una contundente victoria en Vic la semana pasada, los coruñeses cogen carrerilla. Pero la carrera es de resistencia y marcará las diferencias la regularidad, el ritmo constante. Por eso cada partido es igual de importante que el anterior y que el siguiente. Y el Shum un rival tan difícil como el que más.

El equipo catalán llega a A Coruña en la undécima posición. Después de ocupar puestos de descenso, pegó un acelerón con importantes dos victorias ante el Voltregá y el Vilafranca que le dieron cierta tranquilidad. Con 17 puntos, está dos por encima del Cerceda, el primero entre los condenados (por el momento). La lucha para ellos también será a la larga. Todo lo que puedan ir sumando les ayudará a acercarse al objetivo de los 33 puntos, los que dan la salvación según calculan los equipos implicados en la quema. Los goles del equipo que dirige desde el banquillo Jordi Rodríguez los ponen Ferrán García, que ha visto puerta en 16 ocasiones en lo que va de temporada, y Lluís Ferrer, con 12 marcas en su haber. También el portugués Diogo Neves. El luso es prácticamente letal a bola parada. Seis de siete en penaltis. Tres de tres en faltas directas. Números incuestionables.

El Liceo ya sufrió en la primera vuelta la incomodidad de jugar contra el Shum, un equipo de los pegajosos y que no se rinde nunca como indican sus 55 goles a favor y 56 en contra (partidos con marcadores ajustados). El 0-0 al descanso de aquel 14 de octubre -no se disputó en la primera jornada, que aplazaron los coruñeses por encontrarse César Carballeira en el Mundial sub 20- habla por sí solo. En la segunda parte Josep Lamas fue el primero en batir a Luzón, Pau Bargalló marcó de falta directa, recortó distancias Ferrán García, pero David Torres y Jordi Bargalló sentenciaron. En ese encuentro no le valieron a los catalanes sus buenas estadísticas a bola parada. Malián, también especialista bajo palos en enfrentarse a este tipo de situaciones, se hizo enorme y detuvo tres directas y un penalti. Extremos que se tocan y que confluyen hoy en el Palacio de Riazor.