La Unión Ciclista Internacional (UCI) está investigando un caso sospechoso de "fraude tecnológico" después de realizar los controles de una bicicleta en los Campeonatos del Mundo de Ciclocross en Bélgica, según informó el órgano rector del ciclismo mundial en un comunicado este sábado.

"La Unión Ciclista Internacional confirma que ajustándose al reglamento sobre fraude tecnológico, una bicicleta ha sido detenida para su posterior investigación tras los controles en el Campeonato Mundial de Ciclocross 2016 en categoría Sub-23 Femenina", dijo la UCI. Las sospechas apuntan a que una de las corredoras pudo estar usando un motor de refuerzo oculto en su bicicleta.

La Real Liga Velocipédica Bélga ha confirmado que la bicicleta investigada por presunto fraude tecnológico es la de su corredora Femke Van den Driessche, una de las favoritas en la categoría, que se retiró de la carrera. La corredora belga abandonó la prueba alegando precisamente una avería mecánica en la última vuelta.

Desde hace años en el mundo del ciclismo se viene sospechando que se han cometido fraudes por la adaptación de motores a las bicicletas durante la competición, pero hasta ahora no se ha detectado ninguno en los controles tecnológicos.

El periódico 'The Observer' informó de que la UCI ha estado probando un nuevo sistema de detección en el evento, aunque se dijo que no era debido a ninguna indicación particular de fraude, sino porque era una buena oportunidad de probarlo.

El fraude tecnológico está penado con un mínimo de seis meses de suspensión y una multa de entre 20.000 francos suizos (18.850 euros aproximadamente) y 200.000 (180.850 euros).