El Betis se reencontró con la victoria como local, logró, ante el Valencia, la segunda en el Villamarín después de media Liga y respira en la clasificación, en la que iguala a un Valencia muy tocado, a la deriva y que mostró en Sevilla su pésimo rendimiento de esta campaña.

Pese a que se disputaba la cuarta jornada de la segunda vuelta, ambos equipos se presentaron con unas necesidades tremendas y con la pesada carga de que el sevillano acumulaba nueve jornadas de Liga sin ganar y el valenciano once, que ya son doce.

Esas rachas dejaban, después de la victoria del Rayo y el empate del Sporting este fin de semana, al Betis a un punto del descenso y al Valencia a cuatro, por lo que el triunfo en el estadio del barrio de Heliópolis era muy importante para ambos.

Fueron los visitantes quienes más expusieron, con superioridad de hombres en el centro del campo y una presión adelantada que dificultó que los locales tuvieran claridad para acercarse a las inmediaciones del meta australiano Matt Ryan.

Así se llegó al descanso de un partido sin calidad. En la reanudación el partido fue otro radicalmente, ya que a los cuatro minutos el goleador bético, Rubén Castro, encontró la meta adversaria después de una descoordinación defensiva del rival y poco después Negredo falló una clara ocasión para empatar al evitarlo sobre la raya de gol Juan Vargas. El 1-0 le dio al choque la intensidad que no tuvo en la primera parte, pues el Betis jugó con más desparpajo ante un adversario que intentó remontar.