El aire de la ciudad de cristal le ha sentado muy bien a los baloncestistas madrileños. El Real Madrid pretenderá seguir con la tradición de vencer en cada final que disputa en nuestra ciudad. La primera ocasión en la que se alzó con el trofeo fue en el año 1972, derrotando en la final por 92-77 al Joventut. Dada la época en la que se jugaba en la camiseta de los catalanes pondría Juventud. Los máximos anotadores de los vencedores fueron Emiliano Rodriguez y Clifford Luyk, con 26 y 22 puntos, respectivamente. Enric Margall anotó 24 para los verdinegros.

Ya en tiempos democráticos, el Palacio de los deportes de Riazor acogió un nuevo trofeo el año 1989. En esta ocasión el rival de los merengues fue el Barcelona, al que venció por 85-81 gracias en gran media al trabajo ofensivo del croata Drazen Petrovic, que desbordaba continuamente a sus contrincantes para implantar un récord que pervive desde la línea de tiros libres, (14/16 anotados), para llegar a un total de 27 puntos. El norteamericano Johnny Rogers se fue hasta los 23. Los 20 puntos de Epi y los 15 puntos, e igual número de rebotes, de Audie Norris no bastaron a los azulgranas.

En 1993 el Madrid se volvió a encontrar a los de Badalona, en un torneo ya celebrado en el Coliseum. Los badaloneses sucumbieron ante los madrileños pese al esfuerzo de Villacampa (22 puntos) por 74-71. El Madrid se apoyó en la gigantesca figura del lituano Sabonis, autor de 25 puntos, que fue muy bien respaldado por Biriukov, que hizo 20 tantos.