El anfitrión de la Copa del Rey disfrutó e hizo disfrutar al público. Pudo parecer en los primeros compases que al Obradoiro le costaba saber dónde estaba, pero pronto se soltó y demostró que es un equipo fuerte que nunca se da por vencido. Esta vez, la suerte no le acompañó y el Laboral Kutxa Baskonia le privó de hacerse con el billete a semifinales (77-79) cuando casi lo tenía en el bolsillo.

El primer cuarto, para olvidar. Solo se salvó el Obra en los dos primeros minutos. Protagonizó un inicio arrollador (6-0) pero ahí se estancó y empezó el vendaval vasco. Se puso Causeur el mono de trabajo y empezó a sumar en su cuenta personal y en la de su equipo. Los triples de Tillie y Hanga permitieron al Baskonia colgarse el cartel de dueño del partido. Basta con ver los números para confirmarlo: un parical de 24-4 en los diez primeros minutos.

La crónica completa, mañana en LA OPINIÓN.