La expedición del Barcelona ha tenido que cambiar ligeramente sus planes al no poder aterrizar en Alvedro el avión que lo trasladaba y tener que hacerlo en Lavacolla debido a las adversas condiciones meteorológicas.

La mala visibilidad acompañada de rachas de viento y lluvia han impedido aterrizar al avión de los azulgranas en el aeródromo coruñés por lo que el capitán decidió acudir a Santiago donde finalmente pudo tomar tierra.

Para el equipo el mal ha sido menor ya que en poco más de una hora cubrieron el trayecto entre Santiago y A Coruña. A su llegada al hotel lo expedicionarios tampoco traían cara de excesivo agotamiento.

Allí, en Matogrande Carlos Arroyo, expresó su safisfacción por la llegada de un torneo como la Copa del Rey. "Cada Copa es una cosa especial. Pensamos en disfrutarla porque hay un ambiente único. Hay motivación para ganarla, pero lo que toca primero es el Bilbao. Tenemos que concentrarnos para nuestra primera final".

Por su parte, Tomas Satoransky subrayó la necesidad de mantener los pies en la tierra "Cada partido es una final para nosotros realmente importante, mañana -por hoy- toca un partido muy importante", apuntó.