El Liceo volvió a encontrar su mejor versión ante el Lleida. Aunque el equipo catalán hizo frente al combinado de Carlos Gil durante el primer cuarto del partido, el tempranero gol de Vives, llegó a afectar a los visitantes que, por momentos parecieron entregarse ya desde el principio.

A medida que las ocasiones se sucedían, el capitán verdiblanco se sentía cada vez más cómodo en el parqué. Su distribución del juego provocaba que las ocasiones fuesen tan numerosas que el Lleida resistió el asedio como pudo.

Los verdiblancos pudieron sentenciar ya en la primera mitad, sobre todo con las aproximaciones de Pau Bargalló y Torres, pero el segundo de los verdiblancos parecía resistirse. Y así se llegó al descanso, con ventaja mínima de los coruñeses.

El comienzo de la segunda el Lleida tuvo de nuevo la ocasión de empatar, como había hecho justo antes del descanso, esta vez, con una falta directa que Andreu Tomàs no pudo materializar. Fue entonces cuando Jordi Bargalló, tiró de experiencia y calidad.

Una internada veloz le permitió poner segundo y prácticamente la sentencia. Tan solo dos minutos después cayó el tercero, esta vez salido del stick de Josep Lamas.

De nuevo otra falta directa, pero esta vez a favor del Liceo y Pau Bargalló mostró su habilidad para hacer el cuarto (32'). El dominio del Liceo resultaba indiscutible. Aunque el Lleida tuvo alguna ocasión aislada, la más destacable la de Ballesteros a cinco minutos de terminar, Vives puso el broche de oro a falta de menos de tres minutos con una internada imparable.

Era el primer partido del Liceo en casa tras el anuncio de la marcha de Jordi Bargalló, jugador que obtuvo el apoyo de la grada a lo largo del partido, durante el que varios aficionados mostraron caretas y carteles en su apoyo. Entre los seguidores pudieron leerse mensajes como Más que un jugador, una leyenda. También las para el presidente, Eduardo Lamas, en la que se leía Lamas dimisión.