Llegó el Madrid al Coliseum para reforzar su condición de favorito. Tras los partidos tan emocionantes del jueves, la grada esperaba que ayer se viviesen finales abiertos pero el conjunto de Pablo Laso estaba decidido a demostrar que ganarle al vigente campeón no es tarea sencilla. Venció de manera arrolladora a un Fuenlabrada (101-84) que solo aguantó los primeros diez minutos, aunque revivió en la recta final gracias a un espectacular Paunic, autor de 27 puntos y con un 34 de valoración. El mejor del partido.

Al Madrid le costó arrancar pero en el segundo cuarto sacó todas sus armas y noqueó a un rival que intentó no perderle la pista. Al principio lo conseguió. Paunic y Stevic se cargaron a la espalda a un Fuenlabrada con carencias pero que supo plantar cara al gigante blanco.

El guión cambió antes de lo esperado. Los chicos de Jota Cuspinera buscaban llegar al ecuador con opciones e incluso hicieron un esperanzador parcial de 0-8. Pero justo después del esfuerzo, llegó el bajón. Empezó Taylor con dos mates para el recuerdo y continuó Nocioni con un triple que ayudó al Madrid a dar un salto estratosférico. Hizo 22 puntos mientras que el Fuenlabrada solo fue capaz de anotar tres, obra de Urtasun -hizo un total de 22 puntos-.

Desde ese instante comenzó otro partido. El Fuenlabrada, 20 abajo cuando se inició el tercer cuarto (54-34), se dedicó única y exclusivamente a intentar atrapar a su presa. Ni siquiera fue capaz de pisarle los talones. El Madrid estaba imparable. El festival de triples no hizo más que profundizar la herida. Carroll anotó tres casi seguidos y Maciulis también se lució con los tiros exteriores. Paunic trató de mantener con vida a los suyos, animados por la grada, y tampoco faltó la magia: una jugada de Popovic y González sorprendió a todo el Coliseum. Pero ahí estaba Llull (24 de valoración) para poner la guinda final y sentenciar el pase a semifinales.