El día del debut del Obradoiro, la fiesta ya empezó fuera del Coliseum. Los aficionados no solo se ponen las camisetas de sus equipos, sino que los hay que prefieren disfrazarse. Llamar la atención conlleva, además, que las cámaras te busquen. El videomarcador volvió a ser el entretenimiento de muchos, aunque cuando los jugadores del Obra saltaron a la cancha, todas las ovaciones fueron para ellos. "Obra, obra", cantaba el recinto entero mientras jugaban Madrid y Fuenlabrada. Antes de que todos los aplausos fueran para los santiagueses, Alberto Corbacho también recibió su homenaje cuando el speaker lo presentó. Cuando los asistentes entonaron el Miudiño, se instaló una atmósfera mágica en el recinto herculino. Bufandas en alto y a cantar. Hasta Lucas Pérez, jugador del Deportivo, alzó su voz para unirse a la masa como un obradoirista más. A continuación, presión para el Laboral Kutxa mediante silbados. Y es que ayer, A Coruña y Santiago eran solo uno.

La fiesta no se vive solo en el Coliseum, pues los aficionados al basket la extienden a las calles de la ciudad e incluso de otros puntos de Galicia. El centro es el punto de encuentro de la mayoría de los seguidores, aunque también es fácil advertir su presencia a lo largo del paseo marítimo y todos los barrios próximos. Ayer, en las proximidades a María Pita destacó la presencia de Mumbrú, ala del Bilbao, que fue requerido por todos los seguidores del conjunto vizcaíno. Mientras, otros compañeros del Bilbao y del Gran Canaria acudieron al Materno Infantil Teresa Herrera, donde visitaron a los niños ingresados. "Te pone triste ver a los niños enfermitos, pero es bueno que vean que nos preocupamos por ellos, que sepan que estamos con ellos y que se van a recuperar", dijo Eulis Báez, jugador del equipo canario.

Los aficionados llegaron desde todos los puntos de la geografía española, incluso desde Badalona, San Sebastián y Tenerife cuyos equipos no lograron el billete para este torneo. La inmensa mayoría de los aficionados al basket se hicieron con los abonos tan pronto salieron a la venta, cuando casi ninguno de los clubes tenía asegurada su presencia en A Coruña, porque querían asegurarse una plaza en el Coliseum. "hemos venido igual porque ya teníamos las entradas y la reserva del hotel, así que nos dedicamos a disfrutar de unos días de vacaciones", aseguraban unos jóvenes de Badalona.

Los hinchas del Baskonia son los más numerosos de entre los desplazados a la ciudad coruñesa y algunos viven estos días como "una fiesta que gira en torno al baloncesto", de hecho ayer alquilaron un autobús con otros seguidores de Tenerife y de Madrid para irse a comer a Cambados: "Llegaremos a tiempo para el partido". Su equipo se midió al Obradoiro a las 21.30 horas. Disfrutaron del encuentro, pero se perdieron la petición de mano que hubo entre el tercer y el cuarto tiempo del partido Madrid-Fuenlabrada. Un joven saltó de la grada a la pista y solicitó a su novia que se casase con él. Por los gestos, todo apunta a que la respuesta fue afirmativa. Incluso los jugadores aplaudieron a la pareja.