El Unicaja volvió ayer a la competición, tras estar diez días parado al no clasificarse para la Copa del Rey, y lo hizo como concluyó el último partido ante el Montakit Fuenlabrada, irregular, sin actitud y mostrando unas graves carencias, que le llevó a una derrota justa ante el Darussafaka turco por 78-55 en Euroliga.

El conjunto malagueño, que se desangraba a medida que pasaban los minutos, se vio incapaz de frenar a los tiradores del Darussafaka.