El Athletic se llevó la victoria de Mestalla con tres goles marcados en seis minutos del tramo final e hizo que al Valencia le volvieran a aparecer los fantasmas que habían desaparecido con las últimas victorias. El partido mantuvo hasta el cuarto de hora final un gran equilibrio entre ambos equipos y tenía olor a empate, pero en ese momento el Athletic imprimió una velocidad más y se llevó los puntos con una comodidad y una superioridad que nadie esperaba.

Ya la primera parte estuvo marcada por la igualdad entre dos equipos que se respetaban mucho y que se mostraron muy ordenados tácticamente, muy pendientes ambos de no perder la posición y no dar opciones al oponente. A los veinte minutos, el público pidió penalti en una caída de André Gomes ante Etxeita y en la jugada inmediata el Valencia dispuso de la mejor opción, pero Negredo remató alto.

Poco después, Muniain tuvo una tímida ocasión para el Athletic, pero remató muy desviado, antes de que el Valencia mostrara un poco más de mordiente en el tramo final de la primera parte, cuando se aproximó un poco más a la meta de Iraizoz, aunque sin crear verdadero peligro.

El Valencia se mostró más incisivo en el inicio del segundo periodo, una fase del encuentro que se disputó cerca de la meta del Athletic, lo que no impidió que Alves desbaratara un buen ataque del equipo vasco en un remate cercano que envió a córner en la primera llegada del conjunto visitante.

Mediado el segundo tiempo, el encuentro volvió a la dinámica de igualdad del primero, aunque el trabajo realizado por los jugadores provocó que unos y otros perdieran un poco el orden de la fase inicial.

Las fuerzas estaban muy niveladas y parecía que solo una acción aislada podía decantar el partido, pero el encuentro dio un giro de 180 grados a partir del primer gol del Athletic. Este llegó en un centro de San José que Sabín Merino, libre de marca, cabeceó de forma inapelable al fondo de la meta (m.73).

Poco después, Muniain aprovechó el contragolpe para marcar el 0-2 por debajo de las piernas de Alves. Un cabezazo de Aduriz convirtió la victoria en goleada. El Valencia, sin jugar bien, recibió mucho castigo ante un rival que le superó en algunas fases del choque y que fue letal a la hora de cerrarlo con sus tres goles.