El circuito barcelonés de Montmeló cerraba el viernes sus puertas a los entrenamientos de pretemporada de las once escuderías que tomarán parte en el Mundial del presente año. En menos de dos semanas, el día 18, Melbourne abrirá las suyas a las primeras sesiones de trabajo del primer Gran Premio de la temporada: Australia. Y así, un no parar hasta el 27 de noviembre, cuando en Abu Dhabi culmine la temporada más larga, con sus 21 citas, de la historia del Gran Circo.

En el garaje del binomio McLaren-Honda sigue habiendo preocupación lógica por el futuro pero nada que ver con la tensión de hace un año. Entonces el coche era un auténtico desastre y las dudas generadas por el accidente de Fernando Alonso, que la firma de Working envolvió en un manto de oscurantismo, no fueron más que el preámbulo de una nefasta temporada.

Hoy, el McLaren-Honda, especialmente el que se ha visto esta última semana en Montmeló con el nuevo propulsor de la firma japonesa, es capaz de rodar en medio del pelotón y de certificar un comportamiento fiable en pista. En el total de estos ocho días de trabajo entre el asturiano Alonso y el británico Jenson Button completaron 692 vueltas al circuito por las 381 del pasado año.

"Creo que ahora tenemos un coche fiable con el que empezar la temporada. La base es buena", señalaba el director deportivo de McLaren, Eric Boullier, a la conclusión del trabajo en Montmeló. "El punto de inicio es muy bueno", aseguraba por su parte Yusuke Hasegawa, el nuevo máximo responsable de Honda.

La escudería McLaren - Honda confía en la resolución del problema de fiabilidad que pesó como una losa sobre el equipo la pasada campaña. En total Fernado Alonso y Jenson Button sumaron doce abandonos. Sin embargo, la Fórmula 1 es una competición de velocidad y, por ahora, velocidad le falta al monoplaza MP4-31.

Durante las pruebas de pretemporada en Montmeló sólo rodó claramente por debajo de los tiempos de Manor y la debutante Haas (únicos monoplazas que no lograron bajar del 1:25), aunque cerca de la "clase media" que integran Sauber, Renault, Toro Rosso, Red Bull, Force India y Williams.

Por su parte, Ferrari y Mercedes, como el pasado año, están un par de escalones por encima. La firma alemana destaca de manera especial por su robustez. El último año consiguieron conjuntamente Lewis Hamilton y Nico Rosberg1.290 vueltas, más de dos grandes premios completos por jornada, mientras que Ferrari despuntó esta pretemporada por sus buenos tiempos, cerrando tres jornadas por debajo del 1:23 -únicos que lo lograron-y con Kimi Raikkonen estableciendo la mejor vuelta gracias a un tiempo de 1:22.765; dos segundo por debajo de los McLaren.

"El coche es mucho más fiable, pero nos faltan caballos, más carga aerodinámica y mejorar la parte de atrás. El talón de Aquiles seguirá siendo la potencia". Así resumía Alonso la situación actual. Boullier admitía por su parte que les había faltado tiempo para probar todas las nuevas especificaciones y que no será hasta el mismísimo GP de Australia cuando puedan hacerlo.

En todo caso, la pretemporada en la F1 tiene pocas conclusiones que sacar. Los equipos esconden en el garaje más de lo que enseñan en la pista, y nadie duda de que Mercedes se ha guardado un as en Australia, en tanto a que Ferrari siempre quiso presumir ganando hasta en los ensayos.

"Mientras no se dispute la primera carrera no tendremos respuestas reales sobre el potencial del coche", reconocía Alonso. "No voy a hacer predicciones que puedan llevarnos a engaños. Que ambos coches terminen en Australia sería brillante", comentaba por su parte Boullier. Un objetivo claramente de mínimos porque no parece que al asturiano le baste con terminar. "Si voy a algo es porque pienso que puedo ganar", mantiene Alonso.

Esta es su decimoquinta temporada en la Fórmula 1 y con 34 quiere poner al menos las bases para volver a luchar por el título.