Cristiano Ronaldo ejerció de líder para responder a los silbidos de su afición con cuatro goles de un plumazo en 26 minutos, castigar el atrevimiento del Celta y conducir una goleada del Madrid (7-1) con la que el equipo blanco recupera la autoestima antes del regreso de la Liga de Campeones. Una tarde que pudo torcerse acabó convirtiéndose en el mejor impulso posible para el Madrid antes de la visita del Roma y el regreso de la única competición que puede conquistar para salvar su temporada, la Champions.

El equipo de Zinedine Zidane comenzó con un juego estático, en el que solo los impulsos de voluntad de los canteranos Lucas Vázquez y Borja Mayoral le despertaron del letargo. El Celta arrancó mejor, con Pablo Hernández ejerciendo dominio en la medular y un tridente repleto de veneno. Orellana y Nolito fueron un examen durísimo para Danilo y Carvajal, mientras que Iago Aspas buscaba el gol con continuidad. La madera lo evitó en un testarazo ante el que nunca habría llegado Keylor Navas, que respondió en el rechace con una gran parada en el mano a mano.

Un momento que marcó el duelo fue la lesión del Tucu Hernández. Su figura es clave para el equilibrio del Celta. Se dañó una rodilla y dejó su sitio a Radoja. El bajón del equipo gallego fue patente y a balón parado el Madrid comenzó a crear peligro en los últimos compases del primer acto. Voló Rubén a un testarazo de Casemiro tras una falta lateral, pero nada pudo hacer ante un cabezazo de Pepe tras un perfecto saque de esquina de Isco. El madridismo disfrutó de la imagen de la segunda parte. Aluvión de fútbol blanco para provocar la cara más desconocida del Celta, superado en todas las facetas del juego. Se escucharon silbidos a Cristiano y la respuesta fue contundente. Con una espectacular folha seca con la pierna derecha marcó el segundo. Y el tercero, con una falta a una escuadra para sentenciar el partido.

El tanto del honor vigués llegó en un exceso de confianza de la zaga madridista. Un balón en largo sorprendió descolocados a Ramos y Pepe, sin tomar la marca de Iago Aspas, que definió a la perfección. Se plantó ante Keylor y, con tranquilidad y clase, picó el balón a la red. Reapareció Gareth Bale, pegado a su banda izquierda, donde más daño hace, pero ningún entrenador del Madrid hasta Zidane lo ha querido ver.

Cristiano estaba disfrutando de nueve y allí siguió esperando otro tanto con el que asaltó la clasificación de goleadores. Pidió penalti el Celta en un remate de Wass que dio en la parte posterior de un brazo de Danilo. La tarde la redondeó la irrupción en el partido de Jesé. Tras ver cómo le ha adelantado en su puesto Borja Mayoral, salió con ganas de comerse el mundo. De un córner bien botado, Cristiano marcó su cuarto convirtiendo al Madrid en el equipo que más tantos de cabeza marca. Y nada más sacar de centro el Celta, Jesé robó el balón, desbordó y marcó.

El fin de fiesta lo firmó Bale, con espacios, en carrera y de zurdazo cruzado. El Celta borrará este partido desde el pitido final y el Madrid lo saborea para llegar con un nuevo impulso anímico a la competición que separa el éxito del fracaso.