La nadadora y capitana del equipo español de natación sincronizada, Ona Carbonell, aseguró ayer, que "no" se "borró" de las pruebas colectivas, donde el equipo quedó fuera de la cita olímpica, tal y como señaló la exseleccionadora nacional Anna Tarrés.

"Estamos aquí para construir y no para destruir. Mi objetivo para construir es estar dentro del agua y competir al máximo nivel. Yo no me borré, acato las indicaciones del equipo técnico, como cualquier corrección de los entrenadores", señaló en declaraciones a los medios nada más aterrizar procedente de Río de Janeiro, donde consiguió la clasificación junto a Gemma Mengual para el dúo de los Juegos Olímpicos de Río de este verano.

Además, Carbonell cree que se debe entrenar más para seguir mejorando. "Hay que entrenar y trabajar duro para construir. Todos los factores externos no están en la lista de prioridades. Mi objetivo está muy claro. Siempre me centré en mí y soy muy profesional. La gente que quiere descentrar que hagan lo que quieran", ahondó.

La catalana indicó que "parecía que estaba bien" tras sufrir un golpe preparando la rutina técnica del dúo, pero que se "mareaba muchísimo" cuando se ponía "boca abajo". "Eran vértigos, y por el golpe que tuve, el oído se te desequilibra. Fue duro", reconoció.

Pese a ello, aseguró que tienen "un gran trabajo". "Tenemos algo muy bonito. Ahora tengo que descansar, estar con la familia. Siempre hay baches en el camino, pero los más fuertes son los que nos superan, tanto la no clasificación como las adversidades que nos puede poner la gente", alegó.

Sí podrá luchar por otra medalla olímpica en dúo junto a la más laureada de todos los tiempos, Gemma Mengual. "Cada uno sigue su camino. El mejor deportista es el que el habla bien del rival. Hay que ver en qué fallamos y tenemos cinco años para preparar Tokio y volver a unos Juegos en equipo".