El Liceo vuelve al calor del Palacio de los Deportes de Riazor para enfrentarse al Caldes (19.00 horas) y seguir su lucha por el título de la OK Liga. Necesita ganar y un tropiezo de un Barcelona del que le separan seis puntos en la clasificación y que encima cada día parece más en forma. Pero, sobre todo, lo que más le hace falta al conjunto coruñés es cariño. Después de la eliminación en la Copa del Rey y de encajar seis goles en el Palau, le costó el miércoles superar al colista en Alcoy. Su afición puede darle el respaldo e insuflarle ánimos para un tramo final del curso que en el caso contrario se le hará cuesta arriba, con tendencia a la depresión, más desde que se sabe, aunque era un secreto a voces, que Jordi Bargalló dejará de vestir la camiseta verdiblanca a final de temporada.

Porque el equipo sigue dependiendo de su capitán. Cuatro goles suyos le dieron vida en Alcoy cuando más lo necesitaba. Lo mismo que las paradas de Xavi Malián. Son los dos pilares que están sujetando a un Liceo al que le están fallando otras piernas. Se echa de menos la aportación goleadora de otros jugadores. A Toni le están lastrando brillo las lesiones. Y también era muy difícil que Pau mantuviese el ritmo con el que empezó la temporada, lo mismo que Josep el de récord de la pasada. Tanto en la Copa como en el Palau se llegó a ver sobre la pista frustración. Un quiero y no puedo. Incluso falta de sintonía. Pero también hay algo que históricamente ha caracterizado a los verdiblancos, un carácter y una furia para levantarse en los peores momentos. Pero tampoco se está tan mal. Seis puntos dejan la puerta abierta.

Contra el Caldes además hay la posibilidad de quitarse una espina. Porque en la pista de su rival de hoy sufrieron los liceístas su segundo tropiezo del curso al perder por 6-4. Inesperado. Porque los catalanes están llamados a sufrir hasta el final para firmar la permanencia. Ahora llega con cinco derrotas consecutivas a sus espaldas y con solo tres puntos de colchón sobre el abismo, pero dispuesto a convertirse en la pulga del perro flaco. Xavi Rovira, con quince goles, seguirá siendo el hombre a vigilar. El cansancio será otro factor a tener en cuenta. El Caldes jugó el martes contra el Vic (1-3); el Liceo el miércoles en Alcoy y solo había descansado dos días tras el duelo del domingo en el Palau. Después, tendrá una semana para preparar uno de los momentos importantes de la temporada, el derbi en Cerceda.