Con diez puntos sobre el descenso y a solo nueve jornadas para el final de la temporada de Tercera División, el Silva debería estar en zona de confort y con la ambición de mirar hacia arriba. Sin embargo, el hipotético descenso de Compostela y Celta B -equipos de Segunda División B- arrastraría a dos conjuntos más al foso, por lo que se recortarían a seis los puntos de ventaja del conjunto coruñés. "Ese efecto cascada puede perjudicar a equipos que no piensas que vayan a descender. El cálculo que tenemos es dejar, como mínimo a seis equipos por debajo", explica el técnico Javier Bardanca.

Para conseguir la ansiada tranquilidad -ahora contabiliza 39 puntos- y dejar casi sellada la permanencia, el Silva necesita llegar a su mejor versión este fin de semana. "Ganar el domingo sería un paso muy importante o casi definitivo", señala, y añade haciendo números: "Con 42 puntos ya casi estaríamos libres de cualquier peligro".

El rival es un Noia colista, pero eso no es sinónimo de fácil. "Esta Tercera es muy igualada y cualquiera te puede dar la sorpresa. No te puedes confiar porque se están viendo resultados muy ajustados", avisa. Por eso, Bardanca intenta mentalizar a sus pupilos de que tienen que salir al terreno de juego "convencidos de que hacen muchísima falta los tres puntos". "Y no dejar casi respirar al Noia", añade.

Además, el Silva afronta esta nueva jornada como si se tratase de "una final". "Si ganamos podemos sacar mucho nerviosismo y pensar en disfrutar más del fútbol de aquí al final de temporada", confiesa. Esa urgencia por sumar viene motivada por la derrota del fin de semana pasado, en la que los coruñeses cayeron en casa del Alondras (0-1). "Teníamos la ilusión de ganar allí y estar más tranquilos este domingo", recuerda el entrenador.

La salvación es lo único en lo que piensa. "Estamos cerquita y creo que lo vamos a conseguir con bastantes partidos de antelación", augura Bardanca, a quien le dan las cuentas si su equipo triunfa este fin de semana y puntúa en alguno de los ocho partidos restantes. "Se nos tendría que dar muy mal para que no sacásemos algún punto, eso haría que nos mereciésemos el descenso", dice el técnico, que confía en sus jugadores. Además, los últimos clasificados todavía tienen duelos pendientes entre ellos. "El nerviosismo es relativo ya que nuestra situación actual es muy cómoda", agrega.

Más lo será si vence al Noia en la próxima cita en A Grela. "Este año no podemos quejarnos de la gente que viene a vernos y nos está animando. Por eso influye mucho el factor campo", dice Bardanca, quien exige más cuidados para el verde. "El tapete se está deteriorando y es más difícil jugar". Aunque eso no impedirá al Silva salir a por todas. El objetivo está más cerca.