José Riopedre, conocido entre sus amigos y familia como Pepe, es el último campeón de la Copa de Europa de Judo de Zagreb en categoría cadete de menos de 50 kg. Tras su quinto puesto en un campeonato similar celebrado en Fuengirola, el joven judoka coruñés se planteó participar en Croacia sin miedo a lo que le esperaba: "Cuando llegué a Zagreb sabía que el oro era difícil, pero iba motivado para hacer un buen papel", indica. Tres combates, una semifinal y final confirmaron el buen estado de forma. "Cuenta con unas condiciones físicas extraordinarias. Pueda que sea pequeño pero es tan hábil e intuitivo que destaca sobre sus rivales porque siempre va un paso por delante", expresa su entrenador principal y director del Judo Club Coruña , Bernardo Romay.

El camino al oro no estuvo exento de dificultades, aunque también hubo momentos curiosos. En su primer combate, José Riopedre empezó la Copa ante el judoka del país anfitrión, el croata Marin Medvidovic, al cual ganó en treinta segundos. Un tiempo récord con anécdota incluida: "Antes del combate, en la sala de entrenamientos lo vi poco concentrado y ni siquiera estaba calentando. Hice una de mis técnicas favoritas en suelo, una estrangulación, para superarlo", explica el joven judoka. A este le siguió un segundo combate contra el israelí Ido Rabin en el que ganó empleando la misma técnica. Con el tercer combate, y a un paso de las semifinales, Riopedre vivió su momento más difícil frente al judoka esloveno Vinko Prevolske : "Me puse nervioso a pesar de que gané el combate bastante rápido. Fue un rival muy peligroso hasta el final", confiesa.

La duración de los combates empezaría a prolongarse con la llegada de las semifinales. Para Manuel Sanmartín, el entrenador del J.C. Coruña que lo acompañó a la cita croata, resultó uno de los momentos más duros de la Copa: "El problema en cuartos de final fue una cuestión de altura, pero en semifinales tuvo su combate más largo ante el judoka belga". El culpable, Nathan de Cuyper. Una percepción que difiere con la de José Riopedre, el cual lo afrontó de una forma bien distinta a su entrenador: "Estaba muy centrado en todo lo que tenía que hacer porque nos separaba un margen muy pequeño. La táctica de mi rival era ralentizar el combate lo máximo posible. La suerte fue estar siempre por delante del marcador".

Afortunadamente, esa misma suerte volvió a tenerla en la final contra el húngaro Csanad Fecko. Para el joven judoka, el combate empezó ganándose fuera del tatami: "La preparación previa con el entrenador fue clave. Tuve siempre las ideas claras de tal manera que nunca llegaba a generarme demasiado peligro". El resultado, su primera medalla de oro de la temporada y una cosecha de puntos que lo sitúan entre los diez primeros clasificados del ranking. Una posición que muy posiblemente le permitirá afrontar el Campeonato de Europa de Vantaa ( Finlandia) entre el 1 y el 4 de julio. "Mi sueño es participar en mi primer Europeo, pero por el momento espero estar en la Copa de Coimbra antes del Campeonato de España de mayo", explica José Riopedre. Una ambición que no parece tener límites para este pequeño gran judoka de tan solo diecisiete años.