La permanencia y el título. Dos objetivos a los que ni el Cerceda ni el Liceo están dispuestos a renunciar en un derbi coruñés (González Laxe, 12.00 horas) en el que hay mucho en juego, más allá de la hegemonía en Galicia. Al contrario que en la primera vuelta, con un partido disputado entre semana, a horas intespestivas y sin que ninguno de los dos equipos estuviera en plena forma, el duelo de esta mañana les pilla en un gran momento. Los verdiblancos superaron con dos triunfos el bache de la eliminación copera y de la manita recibida en el Palau, pero la victoria de ayer del Barça les obliga a ganar para no ponerse a nueve puntos del liderato. Los rojiblancos vienen de encajar una dolorosa goleada en Vic (11-0), pero en casa no pierden desde diciembre de 2015, con cinco victorias consecutivas que lo mantienen fuera de la zona de peligro, pero con un colchón de solo dos puntos. Cada uno dentro de sus posibilidades muestra su mejor cara.

El conjunto de Juan Copa tiene gravado en su memoria el camino del éxito. El famoso Cercedazo de hace dos temporadas, imposible de olvidar e imposible de no utilizarlo como ejemplo de motivación. De aquel equipo solo sobreviven el técnico en el banquillo, Martín Payero, Joan Grasas, Willy Domínguez y Jacobo Mantiñán. De hecho, el autor del tanto de la victoria, David Torres, ahora milita en el bando contrario. Aquel fue un partido en el que a los locales les salió todo bien. Willy Domínguez estuvo inspiradísimo bajo palos, la defensa cumplió y solo las genialidades verdiblancas, sobre todo de Lucas Ordóñez, mantuvieron a los suyos a flote. Un guión de cine rematado con un gol a falta de 40 segundos de la bocina (5-4).

Fue el único derbi en el que el Liceo sufrió, el primero en el que salió derrotado. Desde esa fecha, salda con cómodas victorias sus enfrentamientos contra el Cerceda, mucho más cuando estos son en su feudo, el Palacio de los Deportes de Riazor. En el González Laxe le cuesta más, como a casi todos los equipos de la OK Liga porque es una de las canchas más complicadas. Pero nunca los rojiblancos estuvieron cerca de volver a echarle mano al vecino. Sobre el papel, por la calidad de la plantilla y teniendo en cuenta los antecedentes, el conjunto de Carlos Gil es superior y parte como favorito.

Ilusión frente a poderío, algunos factores pueden nivelar la balanza. Como la lesión de Toni Pérez. Eso supondrá una rotación menos para el técnico argentino, que apenas cuenta con Nacevich, por lo que solo saldrán dos hombres desde el banquillo. La cancha puede ser otro condicionante, sobre todo por la trayectoria del Cerceda en los últimos partidos, en los que se deshizo de Voltregá, Alcoy, Lloret, Igualada y Vendrell. Pero también andan con problemas físicos algunos jugadores rojiblancos. Para ellos, la clave es aguantar el arreón inicial de los verdiblancos, que salen a todo ritmo y ponen desde el principio dos o tres goles de ventaja. Solo si lo consiguen llegarán con opciones al final.

Pero como siempre, el partido tiene que ser una celebración de que dos equipos gallegos estén juntos en la máxima categoría. Con los tiempos que corren, es casi un milagro. Sobre el González Laxe habrá once jugadores coruñeses. Siete por parte del Cerceda (Martín Rodríguez, Jacobo Mantiñán, Pablo Fernández, Pablo Togores, Adrián Candamio, Iñigo Artacho y Jacobo García) y cuatro por la del Liceo (Josep Lamas, Álvaro Shehda, David Torres y César Carballeira). Y también dos árbitros locales: Fran García y Daniel Villar.