En 2015, cuando todavía era infantil, Hugo González de Oliveira se proclamó campeón del mundo júnior de 200 espalda. Uno año después, y con tan solo 16, acaba de ganar un billete para los Juegos de Río en la misma prueba. El encargado de pulir este diamante en bruto es el gallego Santiago Veiga, lucense, estudiante de INEF en A Coruña y desde que terminó la carrera afincado en Madrid, donde pasó por el CN Leganés y ahora es el coordinador técnico de la Federación Madrileña. "Cuando un nadador así cae en tus manos, por un lado tienes una responsabilidad importante porque sabes el potencial enorme que tiene y hay que decidir bien las cosas que se hacen. Pero en general, es un placer trabajar con él", reconoce.

"Río no era un objetivo en sí porque todavía es muy joven. Tokio nos quedaba mejor. Pero viendo sus marcas sabíamos que si seguía con su progresión se iba a clasificar", explica Veiga. El tope en las eliminatorias del Campeonato de España Open era 1.58.22. En Singapur, cuando se colgó el oro mundial júnior, realizó 1.58.11. En Sabadell lo rebajó hasta 1.57.00. Posee además 37 récords nacionales de edad, así que la sorpresa no fue total. Hace tiempo que su nombre suena como el de uno de los nadadores españoles con más talento de la historia. Es alto (1.92 centímetros), con brazos y piernas largas, a modo de remos. "Tiene unas características que le hacen nadar rápido porque además flota y se desliza bien. Dentro del agua se siente cómodo", analiza su entrenador. Pero no podría triunfar solo con físico: "Es humilde, trabajador y disciplinado. De las diez cosas que suman para nadar rápido, no se pueden tener solo dos. Tiene compañeros con cualidades similares a las suyas. Si no consiguen los mismos resultados es porque no trabajan igual, así de simple".

Ahora no puede despistarse, para lo que Veiga tendrá un papel determinante. "Es importante que vuelva a su rutina normal y diaria. A remangarse y seguir trabajando", indica. A lo Toni Nadal, que cuando su sobrino Rafa ganó su primer torneo le enseñó la lista de sus predecesores porque ninguno había llegado nada: "Tiene que saber que pese a todo, todavía hay cosas que no hace bien. Le recuerdo que hay gente que le gana. Y que si no sigue trabajando como hasta ahora, no seguirá progresando".

Porque el reto se complica. Le toca competir con los mayores. "La temporada pasada fue por primera vez a un Campeonato de España absoluto. De los nervios se olvidó de quitarse la braga del cuello y se tiró a nadar con ella. Ahora ya ha sido capaz de competir bien con los mayores a nivel español y tiene que dar un paso más. Con la dificultad en unos Juegos de la Villa Olímpica y todo lo que rodea un acontecimiento como ese", indica el lucense. Por eso no se quiere poner metas imposibles: "Si está en sus marcas ya será un éxito". En Londres 2012, el israelí Yakov Toumarkin accedió a la final con 1.57.33; en el Mundial de Kazan del año pasado, el chino Guangyuan Li dio el corte con 1.57.12.

Junto a Hugo, en Río estarán los grandes de la natación española. "Mireia Belmonte estuvo a muy buen nivel después de la lesión del año pasado. Se clasificará más gente en el Europeo de mayo", pronostica. Sobre la gallega María Vilas, cree que "se lo merece": "La hemos visto crecer y es una nadadora valiente y peleona". Pero está especialmente orgulloso de los jóvenes (África Zamorano, César Castro, Joan Lluís Pons) a cuya formación contribuyó en numerosas concentraciones: "Es para estar satisfechos. El relevo está garantizado".