El piloto alemán Nico Rosberg (Mercedes) se llevó ayer la victoria en el Gran Premio de Bahréin, segunda cita del Mundial de Fórmula 1, por delante del finlandés Kimi Raikkonen (Ferrari) y del británico Lewis Hamilton (Mercedes), mientras que Carlos Sainz (Toro Rosso), único español en competición por la ausencia de Fernando Alonso (McLaren) tras su accidente en Australia, se vio obligado a abandonar en la vuelta 32 tras una avería en su monoplaza.

De esta manera, Rosberg hace pleno de victorias esta temporada, después de ganar también el Melbourne, y de nuevo superando a su compañero, el británico Lewis Hamilton, que se presentó a las dos citas habiendo conseguido antes la pole. Mientras, el alemán Sebastian Vettel no pudo ni empezar la carrera tras la rotura de su motor.

Las sorpresas saltaron ya durante la vuelta de reconocimiento al circuito de Sakhir. En ella, Vettel rompió el motor de su Ferrari, se vio obligado a abandonar e hizo ondear la primera bandera amarilla en pista. El británico Jolyon Palmer (Renault) repetía la fortuna del tetracampeón en la primera vuelta.

En la salida el poleman del sábado, Lewis Hamilton, se quedó rezagado tras ser adelantado por su compañero de equipo antes de la primera curva y sufrir un choque con el finlandés Valtteri Bottas (Williams) -que luego tuvo que cumplir un drive-through-, que hizo que se rompiera su alerón delantero. La suerte tampoco sonrió a Carlos Sainz. Durante la segunda vuelta, después de adelantar a Verstappen -que finalizó sexto-, el madrileño pinchó uno de sus neumáticos y se vio condenado a pasar por boxes; allí cambió sus blandos iniciales -del décimo para arriba habían montado superblandos- por los medios. Todo ello, unido a una mala parada de su equipo alrededor de la vuelta 20, le lastró a los últimos puestos de la carrera.

Sin la participación de Fernando Alonso, fuera por culpa de un pequeño neumotórax en el pulmón izquierdo y una fractura de costilla producidos por el accidente sufrido en el Gran Premio de Australia, la escudería McLaren unió un nuevo desastre a su situación cuando el británico Jenson Button se retiró por un problema mecánico en su monoplaza.

Los problemas eran ajenos a Rosberg, que comandaba la carrera sin oposición. Por detrás, el finlandés Kimi Raikkonen (Ferrari) y el australiano Daniel Ricciardo (Red Bull) se mantenían en zona de podio, pero Hamilton remontó desde atrás para amenazar sus posiciones. Adelantó al ruso Daniil Kvyat (Red Bull) y se puso cuarto.

Mientras, el belga Stoffel Vandoorne, sustituto de Alonso en McLaren, sorprendió a todos asentándose en la octava posición, después de salir desde la duodécima plaza junto a Sainz, que abandonó la prueba definitivamente en la vuelta 32 por problemas en su monoplaza. Por delante, Rosberg se encaminó hacia la victoria. Pasada la vuelta 40, el germano marcó la vuelta rápida, y Hamilton perdió sus opciones para luchar por el triunfo después de que Mercedes decidiese ponerle los neumáticos blandos muy tarde. Raikkonen se quedó como el único capaz de discutirle la gloria. Pero el escandinavo se quedó sin tiempo.

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