Los suplentes del Madrid aliviaron el dolor de la derrota ante el Wolfsburgo y, dirigidos por gran Cristiano, golearon al Eibar para mostrar el camino hacia la remontada que tiene que afrontar el conjunto blanco, el próximo martes, frente al conjunto alemán,

El portugués mostró su cara más amable y, tal vez, la más beneficiosa para su equipo. Completó uno de esos partidos en los que decidió no llenarse de balón para jugar con más generosidad que amor propio. Y, con esa actitud, el ataque blanco subió enteros. Cristiano dio un par de asistencias de gol y marcó otro para fundirse sus compañeros.