El Manchester City, gracias a un tanto del belga Kevin De Bruyne, derrotó ayer en el Etihad Stadium al París Saint-Germain (1-0) y certificó por primera vez en su historia su presencia entre los cuatro mejores equipos de Europa. El conjunto inglés hizo bueno el 2-2 que se llevó la semana anterior de París y, en un partido muy serio, en el que incluso falló un penalti, se aprovechó de un nervioso PSG que no pareció entrar en ningún momento en el partido.

El empate sin goles le valía, pero el City salió, tal y como había prometido su entrenador, buscando el tanto que allanara el pase a semifinales. El PSG, por contra, parecía agarrotado, buscando en exceso a Di María. No despertaba el aletargado PSG y lo sabía el City, que empezó a presionar la salida del balón. Y así llegó la mejor ocasión de los ingleses, cuando, en el minuto 28, tras un fallo de Aurier, Agüero se plantó solo y fue derribado dentro del área por Trapp. El árbitro, el español Velasco Carballo, decretó la pena máxima, pero perdonó la roja al meta alemán. Sin embargo, el Kun no aprovechó la ocasión y su lanzamiento desde los once metros se fue fuera.

Mejoraron en la segunda mitad los visitantes, que pudieron adelantarse en el marcador, primero tras una falta botada por Ibra y después con una internada de Lucas, pero ambas ocasiones las desbarató Hart. Sabiéndose eliminado, el PSG se fue al ataque buscando el gol que lo metiera en semifinales y comenzó a embotellar al City, pero los locales resistieron y acabaron sentenciando en el minuto 75 con el tanto de De Bruyne.