El Bayern de Múnich acabó con los sueños del Benfica (2-2) y logró el pase a semifinales en un partido que se le puso cuesta arriba y en el que por momentos lo pasó mal, víctima de sus fallos ante el portero local, un acertado Éderson.

Por si tuviera poco el Benfica con medirse a un "gigante" como el Bayern, por si no fuera suficiente estar obligado a remontar el 1-0 de la ida, el conjunto lisboeta se plantó ante su afición con un once plagado de suplentes por las numerosas bajas. A la sanción del goleador Jonas, se sumó la ausencia de Gaitán por lesión y a última hora también la de Kostas Mitroglou. Los tres, titulares indiscutibles y responsables de todo el peso ofensivo del equipo.

En los primeros instantes del encuentro, el Bayern consiguió dominar aunque sin demasiado peligro. En ésas estaba el Bayern, merodeando el gol, cuando el Benfica le asestó un golpe inesperado. Corría el 26, Eliseu aceleró por el carril izquierdo, hizo una diagonal y metió un centro milimétrico a la espalda de Javi Martínez y Alaba. La inoportuna salida de Neuer y la cabeza del mexicano Raúl Jiménez bastaron para igualar la eliminatoria y llevar el delirio al Estadio de la Luz. Cuando peor pintaban las cosas para los de Guardiola, empataron con un zurdazo de Arturo Vidal. Al Benfica le entró el tembleque y el Bayern lo aprovechó. Müller anotó tras el descanso para sentenciar la eliminatoria, aunque Talisca intentó dar esperanzas a su equipo con un golazo (2-2).