La pasión que despierta el hockey sobre patines es extraordinaria. Cada vez son más los que quieren coger su stick y disfrutar sobre los patines en primera persona. La Federación Galega de Patinaxe lo sabe y por eso ha lanzado una iniciativa para seguir la evolución de jugadores desde categoría micro hasta alevín mediante concentraciones que se celebrarán cada tres meses. Como guía, José Ares. El entrenador, que actualmente dirige equipos base en Compañía de María, lidera un proyecto que pretende "elevar el nivel de los jugadores pero sobre todo de los entrenadores", según explica. Y no es el único objetivo, hay otro más ambicioso: "Queremos ir recuperando el hockey en las poblaciones donde ya lo hubo".

Ares es optimista, sabe que es posible contagiar el entusiasmo que genera un stick. Primero, se centra en aquellos sitios en los que ya se practicó este deporte sobre ruedas como es el caso de Miño, Corcubión, Coristanco, A Pobra, Muros y Noia, entre muchos otros. "En Cee, por ejemplo, están muy interesados porque ya tienen una escuela de patinaje y se puede tirar por ahí", explica. En su día, la práctica se abandonó por "falta de apoyos". "Con el Plan Diputación, la Federación y el Liceo se encargaron de hacer cursos pero cuando finalizaban, se quedaban cuatro o cinco monitores que nunca habían jugado al hockey y bastante hacían con su ilusión y ganas", recuerda. El nuevo plan pretende aportar esa ayuda que por aquel entonces faltó. Para llegar a este tipo de poblaciones, las concentraciones se irán celebrando en diferentes sitios. "A ver si así logramos enganchar a la gente".

El pasado fin de semana, el entrenamiento para jugadoras alevines fue en el pabellón de Monte Alto. Las categorías micro, benjamín y prebenjamín también entran dentro de esta iniciativa. "Queríamos llegar a infantiles, pero ya pueden ir a la selección gallega que dirige Juan Copa", manifiesta José Ares, quien no se rinde e intentará incluir esta categoría. "A la selección van un grupo de doce, por ejemplo, pero aquí intentamos reunir a todos los jugadores y jugadoras gallegos", argumenta. En Monte Alto fueron 25 niñas las que se unieron para compartir entrenamiento, con la participación de Compañía de María, Liceo, Riazor, Raxoi, Compostela, Oroso y Cambre.

"Queremos compartir experiencias. Los niños y niñas van a mejorar pero lo bueno es que los entrenadores que asisten a estas concentraciones se llevan un bagaje de ejercicios bueno para introducir en sus clubes", indica.

Para José Luis Huelves, que se encarga de entrenar a los porteros, esta iniciativa es "fundamental". "Se tenía que haber empezado a hacer hace muchísimo tiempo, aunque nunca es tarde si la dicha es buena" añade. El exportero se encarga de explicar "métodos de entrenamiento" para que también los que están bajo palos tengan una formación específica. "No hay entrenadores de porteros, así que tenemos que marcar unas pautas para que vayan siguiendo los distintos clubes y a partir de ahí hacer estas concentraciones".

Tanto Huelves como Ares coinciden en que la comunicación es esencial para evolucionar y una de las bases de este proyecto es "compartir experiencia". "Con esto, todas las categorías van a ir mejorando. Los niños y niñas tienen una capacidad tremenda de aprendizaje", observa. Además, el que fue portero del Liceo espera que, con el tiempo, este tipo de concentraciones "no sean cada tres meses, sino cada mes". Eso será sinónimo de éxito.

Huelves formó el pasado fin de semana a las porteras alevines con la ayuda de Luis Aceituno, meta del Compostela que militó en OK Liga. Juntos realizaron diversos ejercicios y dieron trucos y consejos a las pequeñas. Según José Luis, "la evolución" del hockey femenino gallego "está siendo buena" aunque "hace falta dar un paso adelante". Se refiere a crear un equipo de OK Liga que se mida con los grandes. "Queremos competir con lo mejor, que es Cataluña, y creo que hay niñas que pueden estar preparadas para formar parte de un equipo de elite en Galicia". La misión continúa.