Primer asalto, primera victoria naranja. El Básquet Coruña dio una lección ayer en el Palacio ante el Breogán (90-86), jugando en equipo y levantándose tras cada tropiezo para poner en pie a los miles de aficionados que, una vez más, fueron el sexto jugador.

Las grandes citas suelen empezar muy igualadas. El derbi gallego no fue menos. Cada uno se centró en fortalecer su defensa e intentar salir con rapidez para cambiar las cifras del marcador. El primero en asestar un golpe sobre la mesa fue el visitante. Los lucenses, arropados por un gran número de aficionados, se vinieron arriba gracias a Nunes y Ortega (5-12). Con Creus imparable en la línea de triples y Olmos pendiente bajo el aro, al Leyma no le costó recuperar el aliento y ponerse a la altura del rival (22-22).

Con tanta intensidad en el arranque, era lógico que el ritmo bajase antes del descanso. Al Básquet Coruña le resultó más difícil llegar a canasta que al Breogán, que tiro de defensa individual para detener al anfitrión. Un parcial de 0-8 liderado por Nunes hizo sentir cómodo al conjunto de Lugo. Sin embargo, el Leyma es ese equipo que nunca se rinde. Y mucho menos en este tipo de partidos. No iba a pagar la novatada. Le quedaban 20 minutos para recomponerse y hacer daño. Y vaya si lo hizo. Apareció la mejor versión de Olmos y, como no, Burjanadze. El georgiano hizo un triple que puso al Leyma por delante (48-46). Nuevo partido. El conjunto coruñés se ayudó con el rebote, que dominó por encima de su rival. Los seguidores del Breogán, desesperados, cargaban contra los árbitros. Para acabar, un 62-62 y diez minutos fatídicos. El Leyma avisó con dos triples consecutivos, uno de Creus y otro de Stelzer (68-67). Pero cuando dio el paso definitivo fue en los tiros libres. El Breogán, tres abajo, se cargó de faltas para buscar el error del Leyma. Nunca llegó. Tuvo paciencia y selló un triunfo espectacular. La novatada perfecta. El domingo, más.