El Liceo respira, toma aire y se lanza hacia su siguiente reto, un partido contra el Calafell (Joan Ortoll, 20.00 horas) que aunque por su clasificación, penúltimo, parezca sencillo, su condición de rival herido y que quema sus últimos cartuchos en su lucha por la permanencia, lo hace todavía más peligroso. No atraviesa su mejor momento el conjunto verdiblanco, con bajas y otros condicionantes psicológicos con la marcha a final de temporada de Jordi Bargalló que le han ido alejando de sus objetivos. Pero no hinca la rodilla. A base de coraje y con la guía precisamente de su capitán, minimiza las consecuencias. Porque pese a todo es tercero, a solo tres puntos de la segunda plaza del Vic, aunque ya a once del Barça. No está muerto. Ni muchísimo menos. Los enfrentamientos directos marcarán su posición a final del curso. La evaluación continúa le permite seguir optando al sobresaliente pese al bajón de rendimiento.

Desde su derrota en Cerceda, el Liceo ha sufrido en cada partido para seguir puntuando. Se impuso por 4-3 al Voltregá, empató en Vilafranca (2-2) y la semana pasada volvió a ganar por la mínima en casa, esta vez al Lloret (4-3). Los tres partidos supusieron un esfuerzo físico mayúsculo para sus jugadores. Con las bajas de Josep Lamas, Toni Pérez y Pau Bargalló, los verdiblancos jugaron en alguna de esas ocasiones con un solo cambio, aunque en el último partido ya dieron entrada al canterano Mikel Abeal para aliviar el cansancio de una plantilla en cuadro.

Para el Calafell el partido tiene un significado importante, porque se le van escapando los trenes de la permanencia. Quedan seis jornadas, en los próximos encuentros tendrá enfrentamientos directos, como su visita a Cerceda, y está a siete puntos de la salvación, ya que posee 17 por los 24 del Lleida. Puntuar ante el Liceo será en cualquier otro momento una quimera, pero intentará sacar provecho de las bajas, si bien seguirá siendo una tarea muy difícil. Frente a frente, el segundo equipo más goleador (124) con el pichichi en sus filas (Jordi Bargalló, con 39 dianas) y el conjunto que más tantos encaja (104).

El conjunto dirigido por Sergi Maciá, que ya ha anunciado su marcha la próxima temporada, en la que se convertirá en seleccionador nacional sub 20, lleva un punto de los últimos 15 en juego, con un empate en casa contra el Igualada. Su máximo exponente en ataque es Marc Vergés, que a sus 33 años vive una de sus mejores temporadas en la OK Liga con 26 goles. Él y su hermano Gerard y Sergi Romeu ponen la veteranía a un equipo que completan los jóvenes Jordi Gabarra, Oriol Palau, Ricardo Valverde, Kilian Aguilar y el argentino, llegado en el mercado de invierno, Marco Giuliani.