El Cerceda perdió ayer una muy buena oportunidad de cerrar la permanencia frente al Caldes y cinco meses y medio después de su última derrota en el González Laxe, el equipo de Juan Copa caía ante un rival directo que con esta victoria se marcha tres puntos en la tabla. El Cerceda se vio en buena parte del encuentro sometido a la dinámica de los visitantes, a pesar de que los de Juan Copa pudieron haber igualado en los minutos finales.

Los dos equipos iniciaban el encuentro buscando el gol ya desde el primer instante y sin concesiones, destacando el buen trabajo de ambos porteros. Una jugada individual de Humberto Mendes, que se revolvía en el área local, suponía el primer tanto de los visitantes tras superar el ecuador del primer periodo. Martín Payero intentaba sorprender un poco después desde media pista, pero Cesc Campor lo solventaba bien.

El empate

También Pablo Togores en un contraataque lanzaba otra al poste, aunque a 29 segundos para el descanso, en una hábil jugada de estrategia fruto del lanzamiento de una falta, Martín Payero marcaba el gol del empate con el que se llegaba al intermedio.

Le costó bastante a los de Juan Copa entrar en el partido en el segundo periodo, pues era el Caldes quien llevaba la iniciativa en los minutos iniciales. Sin embargo, la décima falta de los visitantes suponía el segundo tanto de los rojiblancos tras una brillante ejecución por parte de Martín Payero. Cuando parecía que el Cerceda tenía el partido de cara, Xavier Rovira le daba la vuelta al marcador, primero con una bonita jugada individual y luego gracias a la transformación de una falta directa, que situaba el 2-3 a falta de cuatro minutos para la conclusión.

Aún tendría Martín Payero la oportunidad de conseguir empatar de nuevo el encuentro gracias a la decimoquinta falta que cometió el Caldes, pero el argentino no estuvo acertado en el lanzamiento directo cuando sólo faltaba minuto y medio para la conclusión. Los locales jugaron en los segundos finales sin portero, tratando de buscar la igualada, pero un error de Joan Grasas provocaba que Xavier Rovira robara la bola para marcar el cuarto de los catalanes, el tercero en su cuenta particular, cuando quedaban 11 segundos para terminar, y sentenciar definitivamente.