"Ha costado mucho llegar hasta aquí y yo ya no puedo hacer más. De ustedes depende", les espetó a sus nadadores Jesús de la Fuente antes de la jornada final de la Liga Gallega de clubes. El entrenador del Liceo llevaba dos semanas metiendo presión a sus chicos, puliendo todos los detalles, dando con la alineación perfecta. Y ellos respondieron por encima de las expectativas con el título de Primera División compartido con el CN Ferrol y un billete a División de Honor que ratifica un meteórico crecimiento. Hace seis años, el equipo era solo un programa de detección de talentos en el colegio. En los siguientes cinco, pasó de Tercera División a la máxima categoría. Cuatro ascensos, uno por año salvo en 2015, y puede que los de Matogrande todavía no hayan encontrado su techo. "Ahora lo más complicado será mantenerse, pero nuestro objetivo, sin duda, es llegar a ganar División de Honor", sentencia el técnico.

"Tenemos una progresión constante y ascendente. El ascenso a la máxima categoría ya tenía que haberse producido el año pasado, pero tuve un par de bajas y no pudo ser. Este, a pesar de tener un equipo muy joven, desde principio de temporada teníamos en mente el ascenso y ya estamos arriba", analiza De la Fuente. La competición en la Liga Gallega se divide en dos, una primera fase de tres jornadas que marca la posición de los equipos para la final en la que los tres primeros de cada categoría luchan por el ascenso (salvo en División de Honor, que el objetivo único es el título) y los tres últimos, por la permanencia. "Íbamos segundos y pensamos que ascenderíamos por detrás del CN Ferrol", recuerda.

Pero, a veces, un deporte tan individual como la natación se convierte en uno de equipo. Juntos se marcharon en Semana Santa a Mallorca a una concentración. A la vuelta, parecían otros: "Los mentalicé de que el ascenso era posible. En la primera fase habíamos cometido algunos errores de descalificaciones. En las dos últimas semanas tuve que estar ejerciendo presión sobre ellos para evitar que se repitieran. Y hay que reconocer que cuando llegó el día, la gente sabía lo que tenía que hacer en cada momento. Fue impresionante cómo rindieron todos. Tuve que felicitar a cada uno del equipo. Hacía bastante tiempo que no competían a ese nivel. Hubo una gran concentración". Tras la primera sesión de la final, ya eran primeros. En la segunda, el CN Ferrol remontó y les igualó en la clasificación, aunque para ello tuvieron que tirar de un as que se guardaban en la manga, ni más ni menos que el tetracampeón del mundo de triatlón Javi Gómez Noya.

"Me sorprendió la madurez del equipo", reconoce el entrenador. Porque sus pupilos son jovencísimos. "Somos campeones gallegos infantiles en invierno, que espero que revalidemos ahora en verano. El equipo júnior también es muy fuerte, sobre todo en femenino. Y los alevines vienen pisando fuerte", proclama. El ascenso les sirve ahora para confiar en lo que hacen. "Les metí mucho presión, supieron aguantar y ven que el sistema funciona a pesar de que es muy duro, con seis días de trabajo a la semana, cuatro de ellos con doble sesión". Y también para afrontar con fuerzas renovadas lo que resta de temporada: "La semana pasada celebramos el ascenso todo el equipo y estamos muy contentos. Ahora tienen un extra de motivación y están muy mentalizados para los Campeonatos Gallegos y de España de verano".