El ministro de Deportes griego, Stavros Kondonís, pospuso la final de la Copa de Grecia que se debía disputar hoy entre Olympiacos y el AEK por razones de seguridad. El Ministerio de Deportes explicó que la celebración quedaba pospuesta "a petición de la policía", aunque sin precisar la nueva fecha en que se celebrará.

El jefe de la policía de la región de la capital de Grecia mandó una carta al ministro en la que proponía posponer la final de la Copa por "falta de disponibilidad de suficientes agentes de policía para asegurar el mantenimiento del orden en el estadio y en sus alrededores".

El jefe de la policía evocaba como razones de la escasez de agentes para mantener el orden en un partido previsto para celebrarse a puerta cerrada las movilizaciones de los sindicatos, que mantienen una segunda jornada de protestas contra la reforma de pensiones sumada a "la enemistad entre los hinchas de los dos clubes".

El fútbol griego se está viendo afectado por la violencia de los hinchas, invasiones de campo, denuncias de manipulación de partidos y la falta de confianza crónica en los árbitros.

A comienzos de marzo, Kondonís suspendió la Copa tras los enfrentamientos durante la semifinal entre el Paok de Salónica y el Olimpiacos, una decisión similar a la que tomó el año pasado al suspender durante varias semanas todas las competiciones nacionales a causa de incidentes que impidieron que se celebrase el clásico griego entre Olimpiacos y Panathinaikos.

La suspensión de la Copa en marzo provocó la reacción de la Federación de Fútbol Griega (EPO) y de la FIFA, que amenazó con la exclusión de los clubes y selecciones griegas de las competiciones internacionales.

El 12 de abril se llegó a un acuerdo entre el Gobierno y la FIFA que preveía que la EPO armonizaría su estatuto con los de la FIFA y que examinaría los casos pendientes de corrupción. Además se pactó que la final de la Copa se celebraría a puerta cerrada y con árbitros internacionales.