El Leyma Básquet Coruña pasa página y afronta otro capítulo de las semifinales contra el Melilla (Javier Imbroda, 19.00 horas). En el prólogo del pasado viernes acusó el cansancio físico y mental que supuso el quinto partido contra el Breogán, jugado solo tres días antes, así como la lesión de Ben Stelzer, que preocupa en las filas naranjas. Y acabó perdiendo con un resultado (101-83) demasiado abultado para los méritos de unos y otros. Para el segundo duelo de la serie, el conjunto de Tito Díaz espera estar en condiciones de pelear hasta el final y no solo tres cuartos. Una victoria en feudo visitante trasladaría el favoritismo de un bando a otro. Una derrota pasaría toda la presión a los coruñeses, que volverían al Palacio de los Deportes de Riazor el próximo viernes obligados a ganar para prolongar la vida de la eliminatoria.

El equipo herculino espera que el partido de esta tarde sea borrón y cuenta nueva. Habrán pasado algo menos de 48 horas con respecto a la última derrota, suficiente tiempo para que encuentre de nuevo la inspiración. La posible baja de Stelzer es un inconveniente, aunque el viernes Zach Monaghan dio un paso adelante para suplir la ausencia de su compañero. Se fue hasta los 23 puntos y fue el máximo anotador del Leyma seguido por Sergio Olmos (16), Beka Burjanadze (15) y Dago Peña (14). Cinco jugadores alcanzaron los dobles dígitos en anotación -completó el quinteto Zyle, con 10-, pero en el Melilla lo hicieron seis: Hernández-Sonseca (15), Suka-Umu (15), Edwards (14), Manzano (13), Franch (13) y Edu Gatell (11). Es lo que pasa cuando se enfrentan los dos equipos más ofensivos de la temporada regular en LEB Oro.

Agujero en el rebote

Pero el principal punto negro del Básquet Coruña estuvo en el rebote. Los locales recogieron 38, 23 de ellos defensivos y 15 ofensivos que le reportaron numerosas segundas oportunidades. Los naranjas se quedaron en 25, trece menos: solo 16 bajo su canasta y 9 bajo la del rival. También fueron inferiores en número de asistencias (24 por 12) y en balones perdidos, con 11 para el conjunto de Tito Díaz y 8 para los de Alejandro Alcoba. En el resto, el Leyma pudo mirar de tú a tú al todopoderoso Melilla, que solo se le escapó en el último cuarto. Lo había empezado con seis puntos de desventaja que aumentaron hasta los 18 finales. La buena noticia es que, una vez encontrado el problema, se le puede buscar la solución. El duelo en la pintura parece de nuevo decisivo, con especial atención a la defensa de los pívots locales. Llegar con vida a los últimos diez minutos también. Pero sin vaciarse para que llegue la gasolina.

Sobre el papel, todo parece más fácil que encima de la pista. Pero los jugadores del equipo coruñés ya han demostrado carácter suficiente pese a su inexperiencia y juventud. Es el principal aval con el que se vuelven a presentar en Melilla. Eso y competir, competir, competir hasta el final. Ese es su norte, dice Tito Díaz. Y no lo perderán ni siquiera en el sur.