Andy Murray llevó a la agonía a Rafael Nadal, y a veces hasta la desesperación, y le venció por 7-5 y 6-4, para lograr por segundo año consecutivo la final del Mutua Madrid Open.

La espina de Montecarlo, donde Nadal se impuso en tres sets, motivó a Andy, que a pesar de ver rebajada su ventaja de 5-2 en el primer set, con 5-5, supo mantener los nervios y romper en el duodécimo para llevarse el primer parcial.

Eso le faltó a Nadal, más clarividencia en el ataque. Cada vez que arriesgaba el descontrol con su derecha se hacía patente y eso mermaba sus posiciones de ataque. Murray en cambio, esperaba la oportunidad para moverle, y resolvía con acierto las ocasiones de rotura del zurdo de Manacor, que solo acertó con dos de trece en todo el encuentro.