Hay equipos que se convierten en gigantes. Es el caso del Básquet Coruña, que no deja de superarse a sí mismo. Ayer lo demostró en Melilla con una victoria espectacular (97-99). A pesar de descolgarse en el segundo cuarto, el conjunto coruñés fue capaz de recomponerse y olvidar las bajas de Jesús Castro y Ben Stelzer para igualar la eliminatoria de semifinales del play off de ascenso a la ACB (1-1). Monaghan y Burjanadze, los más destacados.

Parecía que los dos semifinilistas iban a seguir el mismo camino que el pasado viernes. Un inicio igualado y una pequeña desconexión coruñesa en el segundo cuarto. Sin embargo, los chicos de Tito Díaz reaccionaron rápido. No querían volver a remar a contracorriente.

Todo empezó con un triple de Franch. El Melilla empezó pronto con los lanzamientos exteriores que tanto le ayudaron a adjudicarse el primer asalto de la eliminatoria. El ataque estuvo liderado por Pablo Almazán y Manzano, mientras que los naranjas pelearon con Sergio Olmos a la cabeza. Sin Jesús Castro ni Ben Stelzer, lesionados, tenía que reinventarse. Y lo consiguió. Tuvo que recibir un golpe -parcial de 13-4- para meter una marcha más. El conjunto local se vino arriba con Edwards y Zengotitabegoa, que ayudaron a hacer una brecha de once puntos (44-33). No dudó Monaghan en salir al rescate de su equipo, como Burjanadze y Peña con sendos triples. El guión cambió drásticamente y un parcial de 4-15 animó a los coruñeses, que empataron el partido (46-46). Poco más de 20 minutos por delante y la oportunidad para demostrar ser merecedor del triunfo. Vital para volver A Coruña con ciertas garantías.

Le vino bien al Leyma el descanso. Salió con más energías, con una defensa más dura y con ganas de mandar en el marcador. Monaghan volvió a ser el hombre del partido. Ya se ganó el título de MVP en la primera jornada de los play off, pero no le pareció suficiente. No le importaba cuántos metros le separaban de la canasta. Él lanzaba y anotaba. Fue el mejor del partido con un 32 de valoración.

La igualdad, sin embargo, era total (68-68) porque tampoco el Melilla fallaba. Si Monaghan metía un triple, Suka-Umu lo imitaba. Con este panorama, era bastante complicado alejarse. Aún así, el Básquet Coruña creía. Y la fe mueve montañas. Ya lo demostró a lo largo de su espectacular temporada. En el último cuarto, Tito Díaz perdió a Hampl por faltas. También Edu Gatell tuvo que sentarse en el banquillo del Melilla. La clave estaba en no cometer errores. Y en el rebote, por supuesto. Cualquier oportunidad de matar el partido habría que aprovecharla. Aunque ninguno de los dos equipos daba el brazo a torcer.

Con el triple de Zengotitabengoa, lo normal sería que el miedo invadiese a los visitantes. Pero el Leyma ya está acostumbrado a estos finales apretados. Peña acertó desde la línea de tiros libres y, a continuación, falló Pablo Almazán. Se esfumó la oportunidad del Melilla de volver a empatar el choque. Triple de Burjanadze, otro de Suka-Umu, otro de Creus y a intentar mantener la calma (97-99). El georgiano volvió a encestar desde la línea de 6.75 para sentenciar, pero el árbitro anuló la canasta porque se había acabado la posesión. Pelota para el Melilla, que fue incapaz de forzar la prórroga y la marea naranja celebró el triunfo. Con un 1-1 en la eliminatoria, el Básquet Coruña vuelve a casa satisfecho por el trabajo y con la ilusión de sentenciar en el Palacio. La fiesta continúa el viernes a las 21.00 horas.