El Granada, con un contundente 1-4 fraguado en la recta final del partido, se ha asegurado una campaña más su presencia entre los grandes del fútbol español.

El conjunto granadinista, que se adelantó en el último minuto de la primera parte, vio peligrar solo el resultado cuando el conjunto local, que solo piensa en sus finales de la Liga Europa y de la Copa del Rey que tiene por delante, empató, pero al final fue el que mas lo necesitaba el que se llevó el choque.

Partido extraño en sus prolegómenos, pues después del reventón del pasado jueves ante el Shakhtar Donetsk con pase a la final de la Liga Europa incluido, el Sánchez Pizjuán presentó la peor entrada de la temporada y se notó mas la presencia de granadinistas.

El técnico sevillista, Unai Emery, utilizó a los menos habituales y a jugadores canteranos, con la presencia en el campo del meta portugués Beto, al que se le dio la oportunidad de despedirse de los aficionados como titular, o la del central Nico Pareja, quien ha estado un año parado por una lesión de rodilla.

Otra historia fue para el Granada, equipo en el que José González sacó a todo lo bueno en busca de tres puntos vitales y siempre pendiente de otros resultados de la jornada.

Empató el Sevilla, pero la reacción de los visitantes no se hizo esperar y fue Babin, en otro despiste defensivo local, puso el 1-2, resultado que fue rematado con un tanto de El Arabi de penalti y el segundo de Isaac Cuenca que sentenció el partido y la permanencia para el equipo granadino en la recta final del encuentro.