El Sondeos del Norte Maristas murió en la orilla: en la prórroga de la final del play off de Primera División femenina después de haber remontado once puntos y de haber tenido un par de acciones con las que haber cerrado la victoria en el tiempo reglamentario. Esta viajó a Segovia por un resultado de 69-73 para un Unami que acompañará al San Isidro a la fase de ascenso a Liga Femenina 2. Y gran parte de culpa del éxito visitante correspondió a Suchitel Ávila, tan talentosa y poderosa físicamente como provocadora hacia el público. Los kilos y centímetros de la jugadora internacional con Cuba pesaron demasiado en la pintura. Con ella bajo canasta, a las coruñesas les costó encontrar el camino al aro y cerrar tanto el rebote defensivo como el ofensivo. Les quedó el recurso del tiro exterior. En realidad, es uno de sus fuertes. Pero la mano les tembló más que otras veces.

El conjunto de Román Gómez perdió dos prórrogas decisivas en la temporada. En Valladolid contra el San Isidro en el partido en el que se jugaban la primera posición -y el pase directo a la fase de ascenso- y ayer la final del play off. Pero no puede borrar un ciclo de cuatro años, que acaba ahora, en el que las colegiales hicieron crecer enteros al baloncesto femenino de la ciudad y en el que se convirtieron en un referente de la categoría.

La igualdad dominó todo el encuentro de ayer. El primero en coger una pequeña ventaja fue el Unami (8-12) pero con un parcial de 9-0 las coruñesas tomaron el mando. Sin embargo, Ávila salió al rescate cada vez que las suyas lo necesitaron, incluso con triples -anotó dos-, pero un buen rebote ofensivo de Mara y su canasta posterior permitió el 33-30 al descanso.

Tras el paso por vestuarios se complicaron las cosas para el Maristas. Un 0-5 de inicio puso al Unami por delante, pero era solo el preludio de lo que vendría a continuación. Las segovianas se gustaban y se aprovecharon de la frustración local, que no conseguía imponer su juego rápido y vistoso. La brecha creció hasta el 39-50. Once puntos. Fue cuando el pabellón, teñido de rojo, empezó a rugir: "¡Maristas, Maristas!". Y el equipo respondió. Mayte inició la remontada, un triple de Tati la continuó y siete puntos seguidos de Andrea la completó (55-55). Hasta el empate a 65 final se sucedieron los ataques. Y en la prórroga, el equipo local nunca se encontró cómodo y tuvo que ver cómo se escapaba la victoria.