El Palacio de los Deportes de Riazor registró ayer una de sus mejores entradas -4.000 espectadores-, sin contar los partidos contra Breogán, en los que la afición visitante ocupaba buena parte de las gradas. En la visita de ayer del Melilla, los aficionados naranjas dieron un paso adelante y acudieron en masa al pabellón coruñés, conscientes de que su equipo se jugaba mucho.

Ayudaron, por supuesto, a que los pupilos de Tito Díaz no se rindiesen en ningún momento. Entonaron el "este partido lo vamos a ganar" e incluso se pusieron en pie para hacer la ola. En cuestión de minutos, se montó una fiesta en el Palacio. Un sector del público puso la banda sonora con bombos, tanto para animar a los locales como para distraer a los visitantes en sus tiros libres.

Hasta Tito Díaz levantaba los brazos buscando la respuesta del público. Se cansó de repetir el técnico que el apoyo de la afición sería clave en estos dos partidos de semifinales del play off de ascenso a la ACB. En realidad, todo el banquillo animó. Los que no jugaron, como Jesús Castro, Tomas Hampl y el joven Pablo López-Pizarro, pusieron su granito de arena con el toque motivacional. Se espera para mañana un escenario muy similar.