Rafa Nadal sufrió una nueva derrota (7-5, 7-6(4)) ayer ante el serbio Novak Djokovic, la séptima consecutiva, para despedirse en cuartos de final del torneo de Roma, quinto Masters 1.000 de la temporada, un número uno exigido pero autoritario que escapó vivo del buen momento del balear. El de Manacor se quedó cerca, pero sufrió sendas remontadas en cada set ante un Novak resolutivo y con soluciones para todo. Nadal estuvo por delante en ambos parciales, con una gran puesta en escena. Pese a ceder la primera manga, el tenista español volvió a la carga en el segundo set pero dejó escapar cinco bolas para empatar el encuentro para hincar la rodilla en el tie break.

En la muerte súbita, Djokovic impuso su ley y volvió a impedir el paso al frente de un Nadal que ya estuvo cerca de imponerse al número uno en el torneo de Indian Wells este año. En la cita californiana el balear pudo mirar a los ojos a un tenista inalcanzable hasta entonces. Con la llegada a la gira sobre tierra, con los títulos en Barcelona y Montecarlo, Nadal se disponía a dar un paso más en su recuperación. Sin embargo, Djokovic se llevó un duelo de detalles, de acierto en momentos oportunos. Rafa Nadal, que no le saca un set al serbio desde Roland Garros 2014, se despidió de Roma con el consuelo de estar más cerca aún de meter mano al mejor. El de Manacor está al nivel de competir y en el Abierto de Francia puede tener una venganza idónea para terminar por fin con su mala racha ante el juego del serbio.

La inquietud del serbio le llevó incluso al rifirrafe con el árbitro Carlos Bernardes, que fue de menos a más, como la pasada semana en Madrid y ahora en Roma hasta recuperar su saque en el octavo juego. El número uno, cuatro veces campeón en Roma, se apuntó el primer set al resto, pero el partido aún prometía. Y es que Nadal se mantuvo en pie y rompió a su rival para volver a comenzar por delante, una ventaja que guardó hasta darse la oportunidad de cerrar el segundo set con su saque. Un eterno décimo juego, con cinco bolas de set, terminó en break del serbio.

La fe inquebrantable de Rafa Nadal sufrió un directo difícil de digerir a pesar de la buena actuación. En la muerte súbita, Djokovic fue quien tomó las riendas. Una renta que no soltó hasta tumbar a un mejorado Nadal ante un Djokovic que da emoción a sus victorias, pero que sigue ganando.

Por su parte, el número dos del mundo, el británico Andy Murray, reservó en semifinales con una sólida actuación (6-1, 7-5) ante el belga David Goffin. El escocés se medirá con el Lucas Pouille, un lucky loser que sigue con su camino afortunado e histórico en estas rondas de Masters 1.000 al avanzar por la retirada de Juan Mónaco.