Riazor fue el escenario de lujo con el que se abrió el circuito gallego de triatlones de la temporada 2016, con Alberto Castiñeira (Aracade Inforhouse) en categoría masculina y Marta Barbeito (Fogar Carballo) en categoría femenina, como los vencedores de una prueba que contó con más de 300 participantes en las cuatro carreras que se disputaron. Jornada festiva, en la que acompañó el buen tiempo, los espectadores que animaron con entusiasmo a los triatletas y que además tuvo también como ganadores al Triatlón Arteixo y el Náutico de Narón, como campeones por equipos masculino y femenino, y que otorgó los primeros billetes para el Campeonato Gallego de la especialidad.

La carrera de los chicos fue prácticamente un mano a mano entre cuatro corredores. Aunque el santiagués Alberto Castiñeira salió destacado del agua e iba escapado en la primera vuelta del segmento de ciclismo, un trío perseguidor le dio caza y juntos llegaron a la transición para iniciar la carrera a pie donde se decidió el podio final con Castiñeira a la cabeza y César Saracho y Martín Carrera escoltándolo.

No tuvo tanta intriga la femenina, con Marta Barbeito al frente casi de principio a fin. Porque la carballesa salió segunda del agua, pero se puso primera nada más empezar con la bicicleta y no hizo otra cosa que agrandar su ventaja. Al final, con todo ya decidido, se le acercó un poco Amelia Roca, del Cidade de Lugo Fluvial, que consolidó su segunda posición en el último tramo de la carrera, con Karola Böhme, del Náutico de Narón, cerrando el podio.

Antes había sido la salida de la prueba popular, con distancias más asequibles para todos los públicos y que supuso un reto de iniciación para muchos. Después, una carrera masculina sin límite de tiempo para acabar el recorrido (750 metros en la bahía de Riazor, 20 kilómetros de bicicleta entre la rotonda del Millenium y la fuente de los surfistas y 5 kilómetros de carrera a pie); para dar paso a continuación a las dos competiciones en las que había más nivel.

Muchos se jugaban ya parte de la temporada en el inicio de ella, pero eso no privó de que la deportividad fuera la reina incluso en plena competición, pues en los grupos que se iban formando en el segmento de ciclismo los triatletas se animaban entre ellos, intentando que ninguno se quedara rezagado. Saludos, ánimos y preguntas de "¿cómo ha ido?" estaban presentes en todos los corrillos, sobre todo en la zona próxima a las Esclavas, donde se situó el epicentro de la prueba. Allí estaba la zona de salida, de llegada y también la de transición, por lo que se convirtió en un hormiguero, por momentos laberinto, de bicicletas, mochilas y un ir y venir de deportistas. Algunos repetían, después de participar el fin de semana en el Campeonato de España de triatlón sprint y acuatlón, otros incluso después de haber hecho un medio ironman hacía tres días. Dicen que engancha. En A Coruña ya van diez años de triatlón en Riazor. Y con el éxito de ayer, serán once.