El Básquet Coruña aterrizó ayer en Santiago de Compostela y sobre las 14.20 horas el autobús llegó al Palacio de los Deportes de Riazor, donde esperaban algunos aficionados.

Niños y niñas, en su mayoría, que acababan de salir del colegio, se agruparon delante del autocar para saludar a los jugadores y pedirles autógrafos y fotografías. Los adultos esperaban en la acera ofreciéndoles una merecida ovación, ya que consiguieron llegar hasta el quinto partido de semifinales de play off. No estaba Tito Díaz, el técnico, que desde Santiago se desplazó a casa en su vehículo. Los niños gritaban eufóricos los nombres de los naranjas, a los que no les faltó una sonrisa de agradecimiento.